Partido

21/1/2010|1115

Daniel Bensaïd (1946-2010)

Daniel Bensaïd, profesor universitario de Filosofía en París y uno de los principales dirigentes de la Liga Comunista Revolucionaria (LCR) de Francia y del Secretariado Unificado (SU) de la IV Internacional, murió a los 64 años después de una larga enfermedad. En 1966 había fundado la Juventud Comunista Revolucionaria (JCR), como consecuencia del trabajo “entrista” que el Secretariado Internacional de la IV Internacional (pablismo), a esa altura ya “Secretariado Unificado”, llevaba adelante en el PC francés. En 1968 tuvo una participación destacada, como joven estudiante, en el Mayo francés y en 1969 fue una de las principales figuras en la fundación pública de la LCR. Su militancia política se combinó con una obra teórica bastante voluminosa, cristalizada en más de una decena de libros. Bensaïd fue uno de los inspiradores de las principales maniobras de su corriente para salir de los marcos teóricos y programáticos del trotskismo. Esto vale para el foquismo de los años ’60, el reemplazo de la dictadura del proletariado por la democracia socialista (en cuyo nombre se dio apoyo crítico a la perestroika), la caracterización (tardía) de que el ciclo de la Revolución de Octubre había concluido, el apoyo al gobierno capitalista de Lula durante un prolongado período y, recientemente, la reconversión de la LCR en el NPA. Se podría afirmar, discutiblemente, que Bensaïd plasmó hacia la derecha la continuidad de la herencia de Ernest Mandel.

En las noticias necrológicas que inmediatamente se publicaron acerca de su muerte en diversos órganos de izquierda de varios países, esta trayectoria quedó sepultada por la versión de que Bensaïd representó una tendencia “no dogmática” y “abierta”, una contraseña típica del abandono del socialismo revolucionario.

Bensaïd no precisa de falsos amigos post-mortem. Nosotros, que no lo conocimos y nunca ocultamos (tampoco ahora) nuestras divergencias políticas y de principio, opinamos que resumió la fuerza, debilidad y contradicciones de la “generación de 1968” en Europa. Su obra, bastante divulgada, debe ser objeto de estudio y de crítica. Bensaïd conservó hasta su muerte su condición militante, a pesar de haber tenido que luchar durante 15 años contra el Sida y otros pocos más contra el cáncer que engendró su debilitado organismo.