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21/12/2006|977

DECLARACION DEL PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO DE CHILE | Murió el dictador

…PERO LA DICTADURA CAPITALISTA QUE IMPUSO SIGUE VIVA

1. La dictadura militar de 1973 fue producto de un proceso insurreccional de la fracción burguesa ligada a los grandes monopolios, tanto nacionales como internacionales, dirigida por el imperialismo, destinada a detener y reprimir la ofensiva de las masas, encabezadas por la clase obrera chilena, que empezaba a sobrepasar el último intento de esta misma burguesía de contener dicha ofensiva en el marco de la democracia burguesa, mediante un frente popular (UP).

2. Ante el fracaso del frente popular para contener la exigencia de la clase obrera de avanzar en cambios más profundos en contra de la clase burguesa, se recurre al núcleo fundamental que el Estado burgués tiene para reprimir a los trabajadores: el ejército de la burguesía, las FFAA.

3. Se implanta entonces una salida burguesa y proimperialista a la larga crisis del sistema capitalista en nuestro país, que en su desarrollo había impulsado a la clase obrera y al pueblo de Chile a la búsqueda de una salida obrera y socialista frente a la agonía del sistema capitalista en su fase desarrollista y sus intentos de industrialización.

4. El golpe militar se da en un contexto internacional en el que se termina la “época de oro” del capitalismo y empieza a manifestarse en forma creciente la agonía del régimen capitalista a nivel mundial (caída de la tasa de ganancia).

5. El golpe militar chileno no fue entonces sólo un “golpe gorila” sino que fue el intento de la clase dominante de solucionar su propia crisis económica y de dominación política, y recuperar con esto, la tasa de ganancia en permanente declive desde mediados de los años cincuenta. Para ello, la dictadura militar asume un proyecto de refundación capitalista impulsado por la Cepal, producto de la crisis de los años treinta. La dictadura militar se apoya para el logro de ese objetivo en el conjunto de la burguesía y la pequeño burguesía, que se alinea detrás del proyecto burgués proimperialista, y de los intelectuales formados en las universidades del imperialismo norteamericano, cuyos primeros intentos de reformulación del sistema capitalista se encuentran en el gobierno de Jorge Alessandri R.

6. La dictadura militar, con el beneplácito de la burguesía y de sus partidos, reprime violentamente a la clase obrera chilena, e impone a sangre y fuego el llamado “sistema neoliberal”, que no es otra cosa que el intento del capitalismo de recuperar, a través de la destrucción de los beneficios ganados por la clase obrera y los trabajadores y a través de la depredación sin límites de los recursos naturales, la tasa de ganancia.

7. La concertación es una alianza frentepopulista, que ha perfeccionado y profundizado el sistema de la dictadura que en sus aspectos políticos es un régimen de dictadura capitalista burguesa, proimperialista, anti-popular y anti-obrera, apenas disfrazada con una democracia tutelada y disciplinada.

8. Chile hoy, como producto dictatorial, es una semicolonia del imperialismo, donde el capital financiero, el capital transnacional, en especial el norteamericano, se impone a la burguesía “nacional”, actuando los gobiernos como administradores de las empresas internacionales y de los monopolios nacionales, asegurándoles las mejores condiciones políticas (“gobernabilidad”) y económicas (TLC, flexibilidad laboral, salarios de hambre, atomización de las organizaciones de los trabajadores, etc.) en la explotación de los recursos naturales del país, por un lado, y la explotación de la clase obrera y los trabajadores por el otro.

9. Ante esto, la continuación de las políticas impuestas por la dictadura sangrienta de Pinochet, los trabajadores poco tenemos que celebrar, menos aún cuando el dictador ha muerto, pero su obra sigue vigente y profundizada por los gobiernos de la Concertación, que terminaron de privatizar lo que Pinochet no pudo, que levantan hoy en día una nueva reforma laboral contra los trabajadores, que implantará nuevas y más eficaces formas de explotación capitalista. Una Concertación… de partidos burgueses que sólo le ofrecen a la clase obrera mayores penurias y miserias.

10. Muerto el dictador… la lucha sigue.

Por esto los trabajadores debemos entender claramente que la lucha contra la dictadura capitalista no ha terminado y que muy por el contrario debemos retomar los métodos que nos permitieron enfrentar la represión y poner en jaque al dictador, los métodos de la movilización y la acción directa. Todo lo que hizo la Concertación fue aprovechar la falta de dirección de los trabajadores para imponer una salida burguesa a la crisis del régimen dictatorial.

Para continuar esta lucha es imprescindible que la clase obrera y los explotados, la juventud y los pobladores unamos nuestras demandas, que chocan inevitablemente contra la política patronal de concertación, para imponerlas por medio de la movilización general de la clase obrera y los explotados. Es necesarios que construyamos la herramienta política que nos permita llevar adelante esta movilización, con independencia de los partidos burgueses y los partidos reformistas que se alinean hoy con los patrones y que nos tratan de engañar nuevamente diciéndonos que el capitalismo se puede humanizar. Necesitamos construir el partido revolucionario de la clase obrera.

 

Partido Obrero Revolucionario (POR) de Chile