Partido

3/11/2005|923

DERROTA POLITICA DEL GOBIERNO | Triunfazo en la UBA

La semana pasada se realizaron las elecciones de centros de estudiantes y de consejeros estudiantiles en la UBA, donde votaron más de 150 mil estudiantes. Todos los medios de comunicación que analizaron el tema sacaron como conclusión unánime que el resultado favoreció claramente a la izquierda, en detrimento de las corrientes gubernamentales y centroizquierdistas.

Es un dato político de primer orden, que no sólo contrasta con los resultados obtenidos por la izquierda en las pasadas elecciones nacionales del 23 de octubre. Es una derrota para el gobierno K cuando todavia bebía el champagne para festejar lo que Clarín llamó su “aplastante” victoria. Al mismo tiempo, la derecha macrista pasó desapercibida y la centroizquierda no pudo demostrar un avance significativo en ninguna facultad, a pesar del apoyo oficial de las camarillas profesorales.

Maniobra y macartismo

El operativo político para derrotar a la izquierda, sin embargo, había sido cuidadosamente diseñado. Por eso se fijaron las elecciones universitarias pegadas a las nacionales, especulando con el arrastre de votos que tendrían las corrientes políticas adheridas al gobierno. La ausencia de un frente 100×100 de izquierda en la Capital y en la provincia de Buenos Aires debilitaba, en este punto, la disputa electoral de la izquierda.

La campaña de las corrientes patronales apuntaban directamente a confrontar con la izquierda. En Psicología, por ejemplo, la campaña de la lista de la gestión armada con ex franjistas, era denunciar que no querían un centro de “Altamira y Walsh”. Igual que en la elección de Ingeniería, realizada hace un par de semanas atrás, se apelaba al macartismo, especialmente dirigido contra el PO.

En las facultades más movilizadas, donde la izquierda tiene sus principales bastiones, pesó también la polarización dada por la gran lucha docente estudiantil de agosto y setiembre. Mientras un sector masivo participó activamente de la lucha, de las asambleas y piquetes, otro sector, más alejado del movimiento estudiantil, sirvió como base de apoyo para la campaña derechista del centroizquierdismo.

Se da vuelta la tortilla

Fue necesario desenvolver una lucha política a fondo durante el transcurso de la propia elección, denunciando el carácter de este ataque, su intento de domesticar al movimiento estudiantil, de someter a los centros y a la Fuba y de derrotar a su dirección combativa. Esto, como requisito del gobierno para avanzar en su política de destrucción de la universidad pública en beneficio de los grandes capitalistas que manejan las universidades privadas e impulsan la privatización de la enseñanza.

Los efectos de nuestra campaña se notaron claramente. En Sociales, por ejemplo, en los dos primeros días de elección iba ganando una coalición kirchnerista, bancada por el propio decano, pero el resultado final fue el triunfo del frente Oktubre, encabezado por el PO, por más de 10 puntos. En Filosofía, también lunes y martes, marchaba arriba una coalición centroizquierdista del ARI y el PS, que al final quedó en tercer lugar, ganando el frente integrado por nosotros. En Psico, la lista de la derecha comenzó con buenos guarismos, pero al finalizar la elección la diferencia a favor del EPA!, encabezado por el PO, fue de casi 40 puntos.

La batalla electoral, por lo tanto, se desenvolvió bajo la forma de una fuerte polarización entre la izquierda combativa, por un lado, y las corrientes patronales vinculadas al kirchnerismo, la Franja Morada y el ARI por el otro. El contenido de la polarización se dio en torno a la necesidad de defender las conquistas de los centros de estudiantes y de la Fuba para enfrentar al gobierno, mientras las corrientes patronales hicieron todo su eje contra la izquierda, especialmente contra el PO.

Primer balance

La lucha política electoral en la UBA condujo a una nueva derrota del gobierno. La izquierda, que en este caso se unió en frentes de lucha, fue la expresión del movimiento de resistencia de los docentes y estudiantes contra la política fondomonetarista del gobierno. No hicieron falta ni Cafieros ni Rivas, sino que la izquierda pudo ser por sí misma un polo de atracción para miles de estudiantes.

El triunfo en siete centros de estudiantes sobre 11 donde hubo elecciones limpias, tiene un valor mayor que en el pasado. Es que inicialmente muchos consideraron que el triunfo de la izquierda se debía sólo al derrumbe de Franja Morada y que estaba ocupando un lugar y un espacio político que no le correspondía. Pero ya ha pasado mucha agua bajo el puente, de 2001 hasta la fecha, y todo el centroizquierdismo que vino a “ocupar” el lugar que creen ellos deben obtener ha fracasado año tras año. Ya no estamos en presencia de un fenómeno pasajero, sino de una consolidación de las posiciones revolucionarias.

La conclusión que arrojan las elecciones universitarias es que las posiciones de lucha y revolucionarias tienen un amplio canal de desarrollo. Esto cuestiona aún más al liquidacionismo de la izquierda democratizante, que corre tras figurones sin prestigio y sin votos. Contra esta política volvemos a reivindicar la lucha por un partido revolucionario y por un frente 100×100 de izquierda.

Gabriel Solano