Partido

10/1/2007|978

El escuadrón de la muerte


El escritor, periodista y guionista cinematográfico José Pablo Feinmann es quien más lejos llega en sus esfuerzos por encubrir a Perón en el caso Triple A, y no teme trasponer las fronteras del ridículo, de las cuales, como decía el general, no se regresa.


 


Feinmann, por ejemplo, retorna a la tesis conspirativa de sugerir que López Rega ordenó el asesinato de su amigo y aliado Ignacio Rucci, a pesar de que la investigación histórica conoce ya todos los detalles acerca del modo en que el entonces secretario general de la CGT fue ejecutado por un comando de las FAR. Incluso se conocen los nombres de los miembros de ese equipo, todos ellos muertos posteriormente.


 


¿Por qué habría hecho eso López Rega? Para “convencer” a Perón, a quien Feinmann hace pasar por estúpido, de la necesidad de organizar la Triple A. El estúpido, por supuesto, es Feinmann, porque aunque las cosas hubiesen sido como las miente él, no se ve de qué manera quedaría salvada la responsabilidad de Perón, quien habría aceptado constituir una banda de represión ilegal.


 


Feinmann no se detiene: “Perón se opuso a la creación de escuadrones de la muerte. Y lo dijo públicamente en diciembre de 1973” (Perfil, 31/12/06). Es cierto, lo dijo, sólo que en diciembre de 1973 ya los había creado y organizado, y los criminales a sus órdenes ya habían concretado varios de los más de 1.500 asesinatos que llegarían a cometer.


 


La inteligencia humana es limitada, pero la tontería de los “progresistas nac & pop”, cuando se ven movidos por intereses políticos, es infinita.