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1/9/2005|915

El Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes

VENEZUELA 2005

Con el proceso nacional venezolano como telón de fondo, se realizó en Caracas el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, con 17 mil delegados de 144 países. Santiago Freddy Gima (presidente de la Fuba), Pablo López (diputado provincial de Salta), Juan Pablo Rodríguez (presidente del Centro de Psicología, UBA) y Alfonso de Villalobos (presidencia de Sociales, UBA) integraron una delegación de la UJS, del Partido Obrero y de la Coordinadora por la Refundación de la Cuarta internacional (CRCI). “Venezuela puso mucho empeño —y varios millones de dólares— en la preparación de este evento: el año próximo será sede de la cumbre antiglobalización que nació en Porto Alegre” (Página/12, 15/8).

El gran protagonista del festival fue el propio chavismo, que lo utilizó como una gran tribuna de propaganda. Sin embargo, la deliberación de miles de activistas y dirigentes juveniles de todo el mundo fue también un terreno fértil para quienes trabajamos por el internacionalismo proletario y el desarrollo de la IV Internacional.

El planteo del chavismo

El “Socialismo del Siglo XXI” reedita el planteo de los movimientos nacionalistas de contenido capitalista que se manifestaron a lo largo del siglo XX en la mayor parte de los países de América Latina, así como el de una “democracia participativa”. Con el soporte teórico de Marta Harnecker, Heinz Dietrich e incluso del “escritor” (como lo denominó Chávez) Alan Woods, plantea la perspectiva del socialismo para dentro de treinta o cuarenta años años en función de la ‘correlación de fuerzas’ y de una ‘política posible’. La integración latinoamericana (Alba) sin la expulsión del imperialismo y de la mano de los gobiernos capitalistas de los Tabaré, Kirchner y Lula, el ‘eje y la integración latinoamericana’, es la alternativa que presentó Chávez y uno de los debates centrales del festival.

El ‘eje latinoamericano’

Sin embargo, las delegaciones latinoamericanas asistieron al encuentro desencantadas por el fracaso temprano de las variantes izquierdistas del tipo Lula, Kirchner o incluso Evo Morales. La denuncia de la corruptela del gobierno de Lula, del tratado de inversiones yanqui-uruguayo de Tabaré Vázquez (bloqueo a Cuba) y del continuismo de Kirchner, desorientaron incluso a gran parte de la delegación venezolana. La denuncia de las tropas latinoamericanas en Haití, luego del golpe contra Arístide, y de la posición de Lula en la crisis venezolana (“grupo de amigos de Vezuela: Brasil, España y… Estados Unidos”), dejaron en miles de delegados la certeza de que el ‘eje latinoamericano’ no es alternativa al imperialismo.

El debate con las distintas delegaciones puso de manifiesto una tendencia contradictoria determinada por el ascenso del movimiento de masas y una tendencia a la crisis de las direcciones políticas pseudoizquierdistas. La desorientación de la delegación brasileña era manifiesta. El SU se presentó como un Secretariado (des)Unificado, con la mayor parte de sus secciones nacionales dividas o en diáspora y la suspensión del congreso mundial por las profundas divisiones que los carcomen.

El Obrero Internacional

El periódico de la CRCI, El Obrero Internacional, causó sensación en el festival; era un material novedoso y resultó indicado para el evento (colocamos 130 ejemplares), cuya tapa estaba dedicada a la campaña por la nacionalización del petróleo en América Latina, eje central de nuestra intervención en el festival. Señalamos que la ‘integración latinoamericana’ sólo era posible expulsando al imperialismo a través de la Unidad Socialista de América Latina. Denunciamos el papel proimperialista del gobierno Lula, a la cabeza de los ‘gobiernos progresistas’ latinoamericanos, en Bolivia y la inviabilidad de un PetroSur de la mano de Enarsa y Petrobras, manejadas por gobiernos privatizadores en materia de energía.ñ La revolución boliviana tuvo escasa presencia en los ‘debates oficiales’.

A través de la difusión de El Obrero Internacional y de la revista En Defensa del Marxismo (tesis programáticas de la CRCI) discutimos nuestros planteamientos con decenas de agrupamientos, en especial de México y Ecuador.

En la conclusión del encuentro, Chávez planteó que “la alternativa al imperialismo es… la opinión pública mundial” (¡¿?!). Un planteo de presión difusa contra el imperialismo, y no en su conjunto, sino el yanqui. La alternativa al imperialismo debe ser planteada en términos de una internacional de los trabajadores, la revolución y el socialismo.

Freddy