Partido

13/12/2012|1252

El gran picnic 2012 del Partido Obrero

El afiche que promocionó el picnic 2012 del Partido Obrero no faltó a la verdad. Efectivamente, fue un verdadero acontecimiento político, cultural, social y deportivo. Junto al voltaje de las mesas-debate, el Parque Sarmiento fue poblado por exposiciones de artistas plásticos, proyecciones de video y materiales de numerosas corrientes políticas, gremiales, sociales y de izquierda invitadas a participar. Miles de compañeros escucharon a Patricia Barone y Javier Gónzalez, Las Manos de Filippi, Santiago Aysine (Salta la Banca) y decenas de otros destacadísimos músicos. En el cierre, Jorge Altamira celebró las grandes luchas y conquistas de 2012, y planteó los importantísimos desafíos políticos de la próxima etapa.


"La izquierda revolucionaria emerge como protagonista político" Jorge Altamira, en el cierre del Picnic del PO


Compañeras y compañeros: es para mí realmente emocionante cerrar este gran picnic con la presencia, a mi izquierda, de la compañera Elsa Rodríguez. Quien no sólo ha venido junto con sus demás compañeros del Partido Obrero a este picnic, sino que lo está haciendo con una participación intensa. La presencia de la compañera Elsa tiene que ser tomada como una antorcha, que nos va a ayudar a derrotar a Pedraza en todos los terrenos (…).


Acá hay miles de compañeros que espontáneamente han participado de una actividad recreativa, sin la presencia del capital, sin la publicidad, sin los sloganes que operan como morfina para aletargar la conciencia del trabajador. Han habido mesas muy interesantes. Ha habido una mesa muy importante de discusión de política internacional, donde el Partido Obrero ha llevado la propuesta de una conferencia mundial de la izquierda revolucionaria para discutir los levantamientos populares en Grecia, en España, la lucha en América Latina y este fenómeno que está adquiriendo proporciones históricas tan importantes como es la revolución en Egipto. Cuando todos los opinadores internacionales aseguraban que el pueblo egipcio había vivido una seudo revolución, que había entregado el poder de un dictador proyanqui a una comunidad fundamentalista islámica, también proyanqui, las movilizaciones de estos días demuestran que las masas de Egipto se encaminan hacia una revolución realmente democrática, que sólo es posible con la toma del poder por la clase obrera y por los campesinos de Egipto, y la unidad internacional con todos los explotados del medio Oriente.


Estamos empeñados en hacer esa conferencia internacional. Van a llevar esta propuesta los delegados del Partido Obrero a diversas reuniones que tendrán lugar en Europa. Porque de esta crisis mundial tiene que emerger el Partido Obrero Revolucionario, la izquierda socialista que se apoya en la lucha de clases consciente de los trabajadores (…).


Ha habido otra mesa donde se discutió la cuestión de la ley de medios y estamos orgullosos de haber tenido en esa mesa a figuras que son los mayores especialistas. Hoy, no hay un auténtico especialista que pueda discutir un problema sin la participación del Partido Obrero en ningún ámbito del país. Son victorias políticas arrancadas paso a paso, que tienen el significado político siguiente: la izquierda revolucionaria emerge como protagonista política de fondo. Ahora, hay que ir por nuevos frutos para culminar la tarea.


Qué celebramos


El picnic es una celebración y tenemos varias cosas para celebrar. La primera es la extraordinaria movilización en el juicio a la banda de Pedraza y la policía para la condena de los criminales de nuestro compañero Mariano Ferreyra. Desde que comenzó el juicio, decenas de barrios, decenas de provincias, centenares de distritos, sindicatos han ido al juicio oral y público de Comodoro Py a participar y a llevar a su gremio, a su lugar de trabajo, a su lugar de estudio, la experiencia de este juicio oral y público, una movilización intensísima.


Mariano Ferreyra sigue siendo -y lo será más todavía con el tiempo- la figura de la juventud luchadora argentina. Celebramos este año una lucha que no concluyó (…). Estamos creando la conciencia de que el aparato del Estado es, en definitiva, un aparato de represión para mantener sojuzgada a la clase trabajadora. La lucha nuestra es una lucha de principios (…).


Este año hemos echado a la burocracia sindical del sindicato de docentes provincial y de la capital de la provincia de Neuquén (…). Tenemos que celebrar otro acontecimiento político: una parte importante de la clase obrera ha salido a las calles contra el gobierno capitalista que esa clase obrera votó el 23 de octubre del año pasado. A través de la experiencia política, los trabajadores van sacando sus conclusiones: ¿qué gobierno ‘nacional y popular’ es éste que le paga a los acreedores internacionales con un impuesto al salario o con los fondos de la Anses y mantiene al 80% de los jubilados en 1.800 pesos, que no actualiza el salario familiar y que mantiene el 21% de IVA? Estos trabajadores han ido sacando conclusiones y hoy celebramos el paro del 20 de noviembre, que fue una expresión militante, porque en numerosos sindicatos los trabajadores desoyeron a sus burocracias y se enfrentaron a ellas. Un ejemplo de ellas, quizá la más aguda, ha sido el paro que impulsaron nuestros compañeros del Partido Obrero y los compañeros del Frente de Izquierda en la Línea B del subte, que por orden del kirchnerismo había decidido no acompañar la huelga del 20 de noviembre. Entonces es verdad que somos un factor político, es verdad que en esa huelga los piquetes del Polo Obrero, los piquetes de las gráficas, los piquetes de choferes inspirados por la acción del Partido Obrero, inspirados por la acción del Frente de Izquierda, ayudaron a concretar este gran paro.


Crisis de poder


Este es un año bisagra. Porque frente al gobierno kirchnerista, a la derecha o al centro, lo único que hay es el desierto (…) ¿Qué política encarna Binner? Ahora está llamando a la unidad de la oposición, como sistemáticamente se lo pide el grupo Clarín (…).


Hay un desierto al margen del proceso oficial y el país asiste, como consecuencia de este viraje popular, a una verdadera crisis política. Porque, ¿qué es este enfrentamiento entre el poder judicial y el poder ejecutivo en torno a la Ley de Medios? Es algo más que una crisis política: es una crisis del aparato del Estado, y esto no se arregla por parte de la derecha diciendo "el Poder Judicial es el verdadero poder, porque tiene como misión velar por los derechos de los ciudadanos" ¡No! Compañeros, el Poder Judicial es el más conservador, no lo eligió nadie, son nombrados por arreglo, vienen de la época de la dictadura y juraron por el estatuto de Videla, Massera y Agosti. Es una crisis política, porque el régimen social ya no puede funcionar como lo venía haciendo, porque hay una inflación tremenda. Compañeros, la tormenta del otro día no es chiste: la ciudad quedó completamente inundada. ¡No hay luz! ¡No hay gas! ¡No hay petróleo! ¡No hay transporte! Vivimos en la absoluta precariedad, después de diez años de un gobierno que prometió la emancipación de la patria. Es una crisis mayúscula La deuda externa argentina hoy, si se computan al capital acumulado los intereses que debe rendir, es del orden de los 250.000 millones de dólares. Es tan impagable como cuando subió Alfonsín y ya hemos pagado en todo este tiempo 400.000 millones de dólares. Y ahora viene un juez y les dice que todavía tienen que pagarle a los fondos buitres. Es decir, todo esto no ha servido para nada, ningún capitalista puso un mango, los que pusieron la guita fuimos nosotros, los trabajadores, a través de impuestos, a través de bajos salarios, y a través de la inflación. La deuda externa, la deuda pública vuelve a llevar a un choque terminal.


Estado de asamblea


Argentina se encuentra en un estado de asamblea. Del gobierno personal de Cristina Kirchner, con el 54%, hemos pasado en once meses al estado de asamblea. El problema es cómo aprovechamos esta deliberación para que prevalezcan las posiciones socialistas. El Partido Obrero -y subsidiariamente el Frente de Izquierda- no tiene hoy la autoridad que tenía hace un año: tiene mucha más autoridad. No se puede dejar pasar este momento, tiene que ser de intenso intercambio con el pueblo, de debate, de agitación, volantes, mesas redondas, charlas.


(…) El capitalismo está en un impasse. Es necesario comprender que un sistema de centenares de años enfrenta una encrucijada histórica. Que nosotros, como socialistas, tenemos que darle una salida positiva, en nombre de la clase que debe gobernar de aquí en más. Este es el sentido del estado de asamblea, que es formalmente lo contrario al gobierno de la jefatura personal. Es un llamado constante a la acción política. Lo que nos plantea 2013 es un referéndum. Será en octubre del año que viene cuando haya elecciones parlamentarias. Será a través de huelgas generales que precipiten los tiempos políticos. Pero va a haber un referéndum sobre la continuidad política actual y va a haber una modificación de las relaciones entre las fuerzas. De la Sota, Scioli, Macri están discutiendo su salida, y Binner con los radicales están discutiendo la suya. Con todo respeto, porque así se lo expresé en forma personal, el jueves me llamó el presidente de la UCR para invitar formalmente al PO a integrar la oposición unida. Le dije que valoraba que me hubiera llamado, pero en esa reunión van a estar todos los partidos políticos menos el Partido Obrero, porque nosotros no vamos a formar parte de ningún bloque opositor patronal contra el gobierno de Cristina Kirchner: nuestro objetivo es derrotar, conjuntamente, al gobierno de CFK y a los bloques patronales opositores.


Cuestión de poder


Está planteada una cuestión del poder. No está colocada la cuestión de que tomemos el poder. Pero el país está discutiendo quién debe gobernar, por lo tanto está la cuestión del poder. Nosotros somos un partido de izquierda que lucha junto a la clase obrera y tenemos que hacer nuestro planteamiento de poder. Por lo tanto, en todos lados tenemos que decir: nosotros, el Partido Obrero; nosotros, el Frente de Izquierda, queremos llegar al gobierno para terminar con el impuesto al salario, para terminar con las fábricas que despiden, para terminar con la explotación brutal del trabajador agrícola, para terminar con la completa crisis habitacional de los trabajadores, para terminar con los grandes negociados inmobiliarios. "Nosotros, la izquierda" somos alternativa política. En el marco de todas las luchas donde intervenimos, deberíamos comenzar una gran campaña llamando a los trabajadores en todos los distritos, en todos los sindicatos, a que vengan a deliberar con nosotros para discutir un programa e incluso para discutir quiénes son los mejores candidatos que van a hacer de voceros del PO, del Frente de Izquierda, en la lucha por la sucesión del gobierno kirchnerista, en la lucha frente a la crisis política que se ha abierto, en la lucha por destruir a la derecha en el camino de la confrontación con el gobierno nacional. Se trata de desarrollar una campaña política. Abiertamente. Nosotros, la izquierda, debemos plantearlo en forma sistemática.


Tenemos que reforzar ese trabajo político y llamar a nuestros aliados del Frente de Izquierda a que se sumen a esta campaña de agitación política. Porque el problema se juega del campo político a la fábrica y no del reclamo de una reivindicación sindical al problema político. No es la suma de pequeñas luchas sindicales el método para afrontar la presente crisis, sino yendo a los trabajadores, a las fábricas, para impulsar las luchas en nombre de la alternativa política que proponemos, que es la alternativa del gobierno de los trabajadores.


A nosotros nos importa, en ese sentido, la experiencia internacional. Que un partido de la izquierda reformista en Grecia, que se pasó toda la vida en el 3 ó 4%, en dos semanas pasara al 26%; que lo mismo haya ocurrido en Galicia y en Cataluña, en grados diferentes, nos está avisando que el ritmo del ascenso de la izquierda no es lo que era: empieza a ser veloz. Esa izquierda que asciende es reformista, apoya al capitalismo. Pero en Argentina, la izquierda revolucionaria tiene una posición de superioridad política sobre la reformista, la cual penosamente vaga por los pasillos de Proyecto Sur y tienen que pedir perdón porque votaron por YPF (que va a ser entregada a Chevron); votaron por la ley de medios (que se los van a entregar a Telefónica) y andan deambulando los canales entre autocríticas y pedido de perdón. Tenemos una superioridad política de la izquierda revolucionaria sobre la reformista. Por eso, el ascenso de la izquierda en la Argentina tiene que ser el ascenso de la izquierda revolucionaria. La unión de la izquierda revolucionaria con el movimiento obrero es la llave maestra para Argentina y América Latina. Este es el mensaje que debemos repetirnos este fin de año, cuando con los compañeros, con los amigos y con las familias celebremos el tránsito del año 2012 al 2013.


Gracias, compañeros. Viva el PO, viva el Frente de Izquierda y los Trabajadores. Viva los trabajadores del mundo entero.