El régimen trastabilla
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Después de la gran huelga petrolera, la crisis política no paró de avanzar, a la par de las luchas obreras.
La huelga municipal en Gallegos y la convulsión social que brota por todos los poros en Caleta Olivia, anticipan el proceso que se viene, acicateado por una crisis económica que va a golpear las condiciones de vida de los trabajadores. Un aliado de Peralta, el intendente radical Roquel, de Río Gallegos, estuvo a punto de renunciar ante su impotencia para manejar el conflicto de los municipales.
El lunes 31, los operadores de Néstor Kirchner, bajo la batuta de Rudy Ulloa, se reunieron en una parrilla de Río Gallegos para avanzar en sus planes de derribar al gobernador Peralta.
El gobernador, a su turno, hace quince días que no abre la boca en público. Su única línea de acción es “recomponer la relación con las operadoras petroleras”, en las palabras del ministro González, y asumir el programa represivo inscripto en el acta rompehuelgas firmada entre el gobierno, la burocracia petrolera y las patronales. Espera durar hasta 2011 cumpliendo con el programa de todos los que conspiran contra él.
La crisis política exige, más que nunca, una salida de los trabajadores, impulsemos un congreso de delegados de base, que resuelva un programa y un plan de acción para que la crisis la paguen los capitalistas.
