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17/11/2005|925

Enorme victoria en Crónica

DERROTAMOS LA REPRESION Y REINCORPORAMOS A LOS DESPEDIDOS

Luego de tres días de paro y ocupación, el viernes pasado los trabajadores de prensa de Crónica sellaron un gran triunfo. Para eso tuvieron que derrotar una salvaje represión. La victoria significó la reincorporación de los más de 70 compañeros despedidos y la expulsión de los patovicas que habían intentado, mediante golpes y palazos, impedir que se realizara una asamblea. La agresión dejó como saldo 14 heridos, dos ellos de gravedad.

Los gerenciadores de Forjar Salud / UOM, que se presentan como los nuevos dueños de Crónica, fueron obligados, además, a permitir el reingreso del grupo de compañeros del sector jefes y encargados que desde hacía dos meses manifestaba en la puerta del diario por sus puestos de trabajo, que habían perdido como consecuencia de un conflicto anterior.

La patronal también se comprometió a retener en el diario, transitoriamente, sólo a un pequeño grupo de guardias, que custodiaba la puerta de la empresa y no habría participado de la agresión. La empresa abrirá, sin fecha ni destinatarios precisos, un plan de retiros voluntarios como reemplazo del plan de despidos masivos anunciados en el momento de su desembarco en el diario.

Pero la victoria de los trabajadores de Crónica no debe medirse sólo por las reivindicaciones obtenidas. Debería ser valorada, fundamentalmente en este caso, con relación a lo que se tuvo que enfrentar: los compañeros derrotaron el intento más osado, salvaje y fascistoide por acallar una protesta sindical e imponer la disciplina y el control patronal en el lugar de trabajo, que se haya visto en el gremio de prensa desde 1983.

Por qué ganó Crónica

Las claves del triunfo se asentaron en los tres días de paro y ocupación con los que los trabajadores de prensa del diario impidieron la salida del matutino y en la intensa corriente de solidaridad que despertó el conflicto, lo cual fue clave para romper el bloqueo informativo de la corporación mediática.

Con muy pocas horas de preparación, la agresión a los compañeros fue respondida con un masivo acto realizado en las puertas de la empresa, con la presencia de más de 1.000 compañeros de distintos medios, delegados y comisiones internas de prensa, junto a una enorme cantidad de trabajadores, dirigentes de distintos sindicatos, personalidades, legisladores y representantes de organismos de derechos humanos y de partidos políticos que fueron a repudiar la cobarde y salvaje represión que sufrieron los trabajadores.

También fueron centenares los compañeros que rápidamente acudieron a las puertas del diario cuando al día siguiente, tras el tramposo pedido de Tomada de resolver “en 48 horas” la cuestión de los patovicas, estos mismos matones desalojaron a los compañeros para intentar sacar de alguna manera el matutino.

A Forjar Salud / UOM le salió el tiro por la culata. La agresión a los compañeros de prensa llevó a que los trabajadores gráficos se autoconvocaran para parar de hecho ante el salvajismo patronal, con lo que superaron en los hechos el “no tenemos conflicto con la empresa” que había planteado su dirección sindical en una solicitada, días antes. Después, la posición gráfica prescindente fue cambiada por una ocupación solidaria y un comunicado de solidaridad y de repudio a la represión, todo como consecuencia también de que siempre hubo una corriente de trabajadores que persistió en la necesidad de avanzar en una política de unidad entre los compañeros de ambos sectores.

La opción represiva también fracasó en disciplinar al sector de jefes y encargados, que se negó a sacar el diario mientras el resto de los trabajadores estaba de paro y era reprimido, lo que siempre es un desafío en cada conflicto del gremio de prensa.

Otro factor decisivo para este triunfo es que, en un hecho sin precedentes en el último período, el gremio se metió de lleno en el conflicto de Crónica. Fue incesante el desfile de trabajadores y activistas de distintas empresas, lo que puso de manifiesto también la enorme reserva de autoconvocatoria que han desarrollado los trabajadores de prensa en estos años de vida sindical languideciente.

Cómo la seguimos

Debemos aprovechar toda esta energía desarrollada en torno al conflicto para seguir y profundizar la pelea por el juicio y castigo a los responsables de la salvaje agresión, en el marco de una campaña que sea un factor para consolidar la recuperación del control del lugar de trabajo por parte de los compañeros de Crónica, condición fundamental para enfrentar la reestructuración que estará pendiendo sobre las cabezas de los compañeros mientras el grupo de tareas vaciador Forjar Salud / UOM siga en la empresa, y hasta tanto no se logre imponer la reapertura de las ediciones vespertinas.

La campaña para que los matones vayan presos debería formar parte de un proceso de lucha más general por la defensa de nuestras libertades y la plena vigencia de los derechos sindicales en todo el gremio. Tendría que empalmar, a su vez, con la lucha que ya están dando otros sectores para derrotar el matonaje que está pretendiendo ensañarse contra los trabajadores y el pueblo con la complicidad del gobierno.

Crónica tiene que confluir, mediante jornadas, actos y movilizaciones, con los trabajadores de Atento, que enfrentaron a los patovicas de Telefónica la misma semana en que se desenvolvía el conflicto del diario; con los municipales de Avellaneda, que enfrentaron la balacera mafiosa de la patota del intendente Baldomero Alvarez, y con los familiares de Cromañón, que no se dejaron amedrentar por la militarización de la Legislatura e impidieron la estafa política que pretendió impedir el juicio político a Ibarra.

Entre los trabajadores de Crónica reina ahora la profunda convicción de que el paro y la ocupación son las mejores armas para responder los intentos más vastos de la patronal para imponer sus planes. Eso es oro en polvo, porque es el resultado de la propia experiencia, forjada en una lucha contra el vaciamiento patronal que ya lleva más de cuatro años.

A juzgar por lo escuchado en las últimas asambleas, el paro y la ocupación como métodos de probada efectividad se han convertido casi en un rasgo instintivo de los compañeros de prensa de Crónica. A juzgar por lo escuchado en las últimas asambleas, también será difícil de ahora en más poner palos en la rueda de la unidad entre prensa y gráficos, o poner excusas para llamar a los jefes y encargados a acciones en común. A juzgar por lo escuchado en las asambleas, se deberá pensar dos veces antes de proponer conciliaciones voluntarias, o cualquier otra medida que suponga alguna ilusión en las instituciones del Estado, como el Ministerio de Trabajo o el gobierno en general, repudiados a viva voz y por cadena nacional en cada una de las acciones protagonizadas por los trabajadores en esta heroica lucha.

La Naranja de Prensa llama a los compañeros de Crónica a sacar todas las conclusiones de esta rica experiencia y a volcarlas al resto del gremio de prensa en una serie de acciones (plenarios, asambleas, mesas de debate) que debieran tener a los trabajadores del diario fundado por Héctor Ricardo García como sus principales impulsores.

Ni un despido en Crónica.

Reapertura del vespertino.

Juicio y castigo a los responsables de la agresión.

Ni un matón en Crónica ni en ninguna empresa.

Corresponsales de la Naranja de Prensa