Partido

13/3/2008|1029

España | Una victoria sin sorpresas ni festejos

Derrumbe nacionalista y de la izquierda

Sin sorpresas, Zapatero ganó las elecciones españolas.

Lo que sí resultó una sorpresa fue la gran votación de la derecha. Mariano Rajoy obtuvo el 40% de los votos (apenas 3% menos que Zapatero); el PP ganó cinco nuevas bancas en la Legislatura.

Zapatero no ganó por méritos propios; casi podría decirse que sufrió un "castigo" de sus votantes (en Aragón y la costa mediterránea, el PS perdió gran cantidad de votos a manos del PP). Lo que le permitió ganar a Zapatero fue el derrumbe electoral de los partidos nacionalistas y de la izquierda.

El PS ganó en el País Vasco por primera vez en la historia; le sacó 11 puntos de ventaja al Partido Nacionalista Vasco, que perdió casi el 30% de los votos (respecto del 2004).

El PS también ganó en Cataluña, donde la Esquerra Republicana "se hunde sin paliativos" (El País, 11/3). Sólo CiU (Convergencia y Unión), entre los nacionalistas, no capitalizó el hundimiento de la ERC).

Estos resultados son llamativos en un país donde la cuestión de las autonomías regionales ha estado en los últimos años al tope de la agenda política. El hundimiento de los nacionalismos vasco y catalán refleja los acuerdos económicos y políticos con Madrid y el PSOE por parte de las burguesías de esas regiones.

Lo que no fue llamativo es que Izquierda Unida, que actuó como una versión "izquierdista" del PSOE en la Legislatura, fuera aplastada en las elecciones. Izquierda Unida sufrió una "hecatombe electoral que (la) ha dejado en estado de shock tras cosechar los peores resultados de su historia" (ídem). La dirección de IU apostaba en estas elecciones a integrarse al gobierno del PSOE. Los resultados han desatado una crisis que puede ser terminal: la Izquierda Unida no juega ningún papel político en España.

En estas condiciones, Zapatero deberá hacer frente a la crisis económica que ha comenzado a golpear a España, con el derrumbe de la especulación y la quiebra de grupos inmobiliarios, el retroceso de la construcción y el crecimiento de la inflación y el desempleo.

La pretensión kirchnerista de Zapatero de que España zafará porque tiene "superávit fiscal" es calificada como "equivocada" e "incapaz de superar la fragilidad económica de España". Es que con una importante deuda externa, una gran deuda privada, y altamente dependiente de la especulación inmobiliaria y la construcción, "España es agudamente vulnerable" (Financial Times, 10/3).

Zapatero no tiene mucho para festejar; ni por los resultados ni por lo que le espera.

Luis Oviedo