Partido

14/12/2006|976

“Familiares de Detenidos y Desaparecidos”: Treinta años

Acaban de cumplirse treinta años de la fundación de “Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas”.

Inicialmente, los organismos de derechos humanos “históricos” —como la Asamblea Permanente o la Liga por los Derechos Humanos- fueron el receptáculo natural de denuncias e inquietudes por los presos y secuestrados. Pero esta aspiración fue cruzada, muy rápidamente, por una gran divisoria de aguas: colaboración con la dictadura o lucha consecuente contra ella. En la Asamblea Permanente, gravitaban fuertemente los mismos partidos patronales (PJ, UCR) que le prestaban sus intendentes y asesores a la dictadura. En la Liga, sucedía lo propio con el stalinismo. Muy pronto, los reclamos de lucha de los familiares chocaban contra quienes, como el pc, caracterizaban a Videla como el “ala democrática” del proceso.

Los “familiares” se vincularon entre sí en las colas interminables de los juzgados y del Ministerio del Interior, para saber del paradero de sus parientes presos o desaparecidos.

El surgimiento de Madres de Plaza de Mayo, por un lado, y de Familiares, por el otro, expresó la necesidad de romper con el corset asfixiante del colaboracionismo. “Familiares” se caracterizó por unir a los familiares de los presos junto a los de los desaparecidos, en estrecha relación con la lucha obrera y estudiantil contra la dictadura. Fue, por eso, la organización de lucha democrática más vinculada a la clase obrera. Desde sus filas, se elaboraron las conocidas estadísticas que demuestran que el golpe tuvo, entre sus objetivos centrales, la desarticulación del activismo obrero de los grandes centros fabriles.

Los “Familiares” recorrían las barriadas bonaerenses recibiendo denuncias, y organizando comisiones de apoyo junto con activistas sindicales y estudiantiles. En muy poco tiempo, se desarrolló una vasta red con alcance nacional. Los militantes de “Política Obrera” colaboraron activamente en trabajo: en la sede de “Familiares” solían facilitarnos, a militantes del PO y la UJS, fichas manuscritas con datos de desaparecidos agrupados por zona o actividad. De las recorridas y visitas a sus parientes, surgieron los embriones de nuevas filiales de “Familiares” en todo el país.

Esta gran organización no tardó en ganar las calles: el 14 de octubre de 1977, más de dos mil familiares se movilizaron en Congreso por la libertad de los presos, convocados por “Familiares” y los otros organismos. Poco después, “Familiares” encabezó una campaña nacional e internacional para “que el gobierno publique las listas de los detenidos desaparecidos”. Una gran consigna unificó, en esos años, la lucha de “Familiares” y de “Madres”: “aparición con vida”. Ello, a pesar de la oposición férrea de los agentes de la burguesía y del stalinismo en los “derechos humanos”, que rechazaban a la consigna por su carácter “ilusorio”. Ya bajo el declinio de la dictadura, Familiares debió derrotar otra maniobra contra su movimiento, a través del planteo de la “amnistía”. Se trató de una tentativa por absolver a los genocidas a cambio de la libertad de los presos de la dictadura, que tuvo como su principal animador al morenismo. En oposición a lo que hubiera constituido la entrega de una lucha de años, “Familiares” respondió con el planteo de: “ni olvido ni amnistía, aparición con vida”.

Las enormes batallas políticas que libró “Familiares”, y el monumental trabajo de organización desarrollado en las condiciones más tremendas de represión, son inseparables de una figura política: la de Cata Guagnini. Con una firmeza política y personal inquebrantable, Cata lideró el desarrollo de “Familiares”, volcando también su influencia sobre “Madres” y sobre los otros organismos democráticos.

Después de la dictadura, vinieron otras batallas, igualmente complejas. Esta vez, contra el democratismo que comenzó envuelto en las banderas de la “justicia” y los “derechos humanos”, y terminó sancionando el punto final, la obediencia debida y los indultos. La cooptación política, por un lado, y la declinación física de varios de sus fundadores, por el otro, fue agotando el papel combativo de “Familiares”. Al cumplirse treinta años de su fundación, nuestro reconocimiento a aquel extraordinario bastión de combate contra la dictadura, y a todos sus luchadores. Cata, Mauricio, Lucas, Emma y tantos otros: ¡presentes!

 

M.R.