Partido

28/3/2017

Francisco Obregón, un obrero revolucionario, constructor del PO

Había comenzado a militar en 1973

Comité de Merlo


Dos días después de la enorme jornada de lucha del 24 de marzo, falleció nuestro compañero y dirigente histórico del Partido Obrero de la zona Oeste, Francisco “Pancho” Obregón.


 


Proveniente del campesinado correntino, desembarcó en Buenos Aires para incorporarse al trabajo fabril y a la vida de las grandes urbes. Adquirió el oficio de pintor metalúrgico en una fábrica de La Matanza, donde buscó una organización donde poder canalizar sus inquietudes, las de un obrero consciente de que  el peronismo es una loza para la independencia política de los trabajadores.


 


Allí conoció a Miguel del Plá quien lo llevó a su primera reunión de círculo. Se incorporó a Política Obrera en 1973, cuando comenzaba la acción sangrienta y asesina de la Triple A. Consciente de este peligro, sólo le pidió al Partido que cuidaran a su familia si a él le pasaba algo.


 


Muy pronto fue elegido delegado en la fábrica metalúrgica de 300 obreros donde trabajaba, y será luego uno de los impulsores de la Coordinadora De Fábricas Metalúrgicas. Ésta fue el germen de la Coordinadora fabril de la zona Oeste.


 


Junto a las coordinadoras de zona sur y norte impulsaron el proceso huelguístico de junio-julio de 1975 que terminaron con la renuncia del ministro de Economía de Isabel Perón, Celestino Rodrigo y la del ministro de Bienestar Social y creador de la Triple A, José Lopez Rega.


 


Tras el arribo de la dictadura militar, el Partido, para salvaguardar la vida de sus militantes, resuelve que se retiren de sus lugares de trabajo. Francisco se resiste porque “tenía que estar junto a sus compañeros”, pero un mes después, en abril de 1976, comprende que tiene que dejar la fábrica.


 


Comienza la dura etapa de la supervivencia. Francisco, que solo había cursado la escuela primaria, se había vuelto un fervoroso lector de Historia y Literatura con la instrucción política y cultural alcanzada dentro del Partido.


 


La dictadura, además de los problemas represivos, de seguridad y económicos, fue particularmente triste para él –decía- porque se le había bloqueado la posibilidad de continuidad  con su formación cultural. En esa etapa, Francisco, por orientación del PO, se vinculó con la militancia por los derechos humanos, por la “aparición con vida” de los desaparecidos de la zona Oeste.


 


Con la vuelta de la democracia, Política Obrera cambió su nombre por el de Partido Obrero y Francisco se puso a la cabeza de la organización en la zona Oeste en la recolección de las afiliaciones necesarias para su legalización.


 


En la década del ‘90, se ganaba la vida como vendedor ambulante. Desde el Barrio Samoré, en Merlo, dirigió su militancia hacia lo territorial, organizando sociedades de fomento y a su propio barrio en la búsqueda de mejoras para los vecinos, extendiéndose así su reconocimiento como referente social.


 


Fue, al mismo tiempo, un factor activo para el desarrollo de listas antiburocráticas en la UTA. Estas ideas fueron el germen de la conformación de la Comisión Interna de Transporte del Oeste.


 


La desocupación masiva lo colocó en la tarea de organizar el Polo Obrero y se convirtió en el responsable en Merlo de la organización de trabajadores desocupados, lugar en el cual militó hasta que su salud se lo permitió.


 


Francisco era chamamecero fanático, hincha de Rosario Central y amante del buen fútbol.


 


“El gordo” eligió, 44 años atrás, ligar su vida personal a la construcción de un partido obrero revolucionario. Nos deja su historia de lucha que va de la mano con la historia del Partido y la de toda la clase obrera argentina, con el fin de liberar a la humanidad de la explotación capitalista.