Partido

27/3/2008|1030

Golpe de mercado

Queridos amigos:

Creo que es importante que todos tomemos conciencia del momento extremadamente grave que estamos viviendo. A 32 años del golpe de estado más cruento de la historia argentina, la oligarquía vuelve a la carga. Hoy ya no recurren a la fuerza de las armas sino a un golpe de mercado.  Intentan provocar una situacìón de caos a través del desabastecimiento y los cortes de ruta para lograr derribar a un gobierno al que ellos seguramente no lo votaron.

En un momento político en que las ganancias del sector agropecuario son inmensas, resulta más que llamativa la dureza de estas medidas de fuerza. A nadie le cabe duda de que los grandes terratenientes están obteniendo ganancias extraordinarias, entonces no se puede suponer que la Sociedad Rural impulse este lockout por una cuestión de porcentajes. Esta es una medida enmarcada en una estrategia política para derrocar a un gobierno surgido del voto popular. Si bien puede ser diferente la situación de los pequeños productores, resulta incomprensible que acompañen en la medida de fuerza a la oligarquía agropecuaria como si estuvieran defendiendo intereses comunes. ¿Los lobos y las ovejas reclamando juntos por sus intereses comunes…? Sospecho que a la larga alguno de los dos resultará devorado.

Hoy la paqueta zona norte de Buenos Aires se pobló de rubios cacerolazos. No son las ollas de los pobres las que suenan, son paquetísimos menajes de cocina, por las mismas manos que aplaudieron el terrorismo de estado.

Es muy importante poner en claro lo que está pasando, esta no es una puja económica sino política; los golpistas de ayer quieren retomar el poder y han concebido una nueva herramienta para lograrlo. Si no se desenmascara el sentido de esta estrategia, es posible que los golpistas del pasado puedan lograr nuevamente sus objetivos. Eliminar las retenciones, sacarnos del Mercosur y sumergirnos nuevamente en el infierno neoliberal.

Los genocidas de ayer son los golpistas de hoy.

La pregunta es ¿Cómo los frenamos…?

Tenemos que encontrar entre todos una respuesta.

Irene Haimovichi y Gabriel M. Wainstein