“Grado de inversión” para Brasil
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Lula es un rehén de la banca y los fondos especulativos
La decisión Standard & Poors de elevar la calificación de Brasil como país seguro para las inversiones financieras ("grado de inversión") constituye un monumental fraude.
Brasil no está para semejante calificación. Más bien debería ser degradada. Simplemente, el objetivo es provocar una mayor especulación financiera, superior incluso a la de los últimos años, y forzar un ajuste fiscal mayor -léase baja de sueldos públicos y jubilaciones.
La propia Standard & Poors puso de manifiesto este fraude cuando su directora, Lisa Schineller, reconoció que, con esa calificación, ingresarán más fondos especulativos a Brasil, el real se apreciará aún más y eso impulsará una gran caída en su superávit comercial. También dijo que "la situación fiscal es frágil" porque los gastos están creciendo al mismo ritmo que la recaudación y que la economía brasileña va a crecer menos. "El crecimiento del 5,4% del año pasado no se va a repetir. Prevemos una desaceleración para algo en torno del 4 a 4,5%"(Estado de Sao Paulo, 2/5).
Según la corresponsal de Clarín (3/5), Brasil tiene "una deuda pública interna muy elevada que en algún momento puede llevar a una corrida hacia el dólar… Hay quienes prevén que después de la fiesta vendrá la resaca; ésta aparecerá cuando los mercados perciban que el país no cambió y que la economía internacional sigue en baja. Recibir la nota de "grado de inversión" no implica, según el analista Paulo Clini, que Brasil haya despegado del escenario global. "Si el ambiente externo se deteriora, Brasil va a sufrir".
La clave del fraude especulativo está en que Standard & Poors coincide con el "consenso del mercado" de que el Banco Central debe elevar la tasa básica de interés, que hoy está en el 11,75% anual. Mientras, por la crisis, la Reserva Federal de EE.UU. baja la tasa de interés (ahora es del 2%) y se espera que muy pronto haga lo mismo el Banco Central de Europa, la suba de la tasa en Brasil -sumada a la apreciación del real- llevaría el rendimiento especulativo en dólares al 20 ó 30%. Diez o quince veces la tasa norteamericana. ¡Qué tal!
Por eso, Luis Miguel Santacreu, economista de la consultora Austin Rating, reconoció que "sorprende la decisión de S&P en momentos en que la situación no es tan maravillosa como el año pasado, con un importante déficit en la balanza de pagos… El grado inversor "abre una ventana para captar recursos financieros externos a corto plazo, atraídos además por la diferencia de intereses entre Estados Unidos y Brasil". También planteó que "el ingreso de capitales influenciará el cambio, con ‘mayor valorización del real’, y eso creará un ‘riesgo’, alertó. ‘Un dólar bajo puede aumentar la vulnerabilidad externa de Brasil, por la pérdida de competitividad de las exportaciones, el aumento de las importaciones, y el empeoramiento de las cuentas externas’, dijo. (El Economista, España, 2-5-08)
Para financiar esta explosión especulativa, Standard & Poors advirtió que Brasil deberá emprender "reformas". "La buena nota será mantenida si Brasil fortalece su política fiscal y acelera la reforma del sistema previsional" (Clarín, idem).
Brasil es un rehén de la banca y los fondos especulativos.