Partido

7/12/2006|975

Gravísima amenaza contra Claudio del Plá

LUEGO DEL SALVOCONDUCTO OFRECIDO POR LA DEA Y EL EMBAJADOR WAYNE AL GOBERNADOR ROMERO

El gobernador de Salta, Juan Carlos Romero, ha iniciado un peligroso operativo político, quizás motivado por el respaldo que acaba de recibir de la DEA, el departamento de los norteamericanos encargado de controlar las operaciones y negocios de los narcotraficantes, y del nuevo embajador de Estados Unidos en Argentina.

El diario de su propiedad, El Tribuno, publicó una entrevista telefónica con Delfín Castedo, prófugo de la justicia, al cual la prensa internacional y la justicia de Salta han caratulado como narcotraficante internacional, pero que el diario prefiere caracterizar como “productor agropecuario”. Castedo, como es natural, desmiente todas las acusaciones contra él, y adjudica la responsabilidad de tamaña ‘perversidad’, nada menos que a nuestro compañero Claudio del Plá. “Esta es una maniobra encabezada principalmente por el diputado (Claudio) del Plá con la que se busca perjudicarnos. La prueba de ello es que a Ernesto Aparicio ya lo voltearon, dijo Delfín Castedo” (El Tribuno, 5/12). No sabemos si al utilizar el término ‘perjudicarnos’, Castedo se refiere a él y al dueño de El Tribuno, que es lo que dice literalmente, o a él y otros cómplices que no menciona.

La asociación de Claudio del Plá con la renuncia del diputado Aparicio es harto llamativa. Ocurre que los diputados del Partido Obrero habían estado reclamando la formación de una comisión investigadora para esclarecer los crímenes de Liliana Ledesma, atribuido a Castedo, y otros cometidos en Orán y el norte de la provincia, en los que se encuentran políticamente comprometidos diputados del partido Renovador, que está en la oposición. La renuncia de Aparicio la reclamaron e impusieron los justicialistas, los renovadores y una parte del kirchnerismo. Nuestros diputados denunciaron este operativo renuncia, como un intento de desligar las responsabilidades políticas del gobierno y de los partidos capitalistas y para desviar el esclarecimiento integral de los crímenes al pantano judicial. Ahora aparece Castedo adjudicando la renuncia de Aparicio a “una maniobra política del diputado del Partido Obrero”. Se trata claramente de ‘plantar’ un motivo de ataque contra el Partido Obrero y de establecer una suerte de ‘tratado de paz’ con el gobierno. Es el anuncio de que la banda narcotraficante que se encuentra imputada ante la justicia, no tiene reproches contra el Estado provincial ni contra su gobernador y partidos. La conclusión es que la entrevista telefónica fue fabricada por el diario de Romero con Castedo. Los directivos del diario del gobernador se olvidaron de la precaución de informar a tiempo a la policía, para que pudiera detectar el lugar de la llamada de Castedo.

Como dicen los franceses: el cerrojo está cerrado. El contubernio de Romero con la DEA y con William Wayne opera como un salvoconducto para el Estado provincial y la camarilla oficial. La sopapa de seguridad del régimen se abre contra el Partido Obrero. Esperamos que la comunidad periodística de Salta (radios y periódicos),las organizaciones de derechos humanos, la Universidad y sus organismos, la CTA, etc., salgan con los tapones de punta a denunciar la operación rapaz de Romero y las amenazas veladas que el reportaje implica para nuestro compañero Claudio del Plá.

Jorge Altamira