Compañeros, seguramente llegarán decenas de notas lamentando la muerte de nuestro queridísimo Guri, pero creo que su familia merece conocer lo que sentimos por él los militantes del partido. Por eso escribo.

Guri llegó a mi casa, en Comodoro Rivadavia, hace 20 años, como parte de la dirección nacional del partido para intervenir en contra de la persecusión politica que recibíamos varios luchadores por defender el derecho a la vivienda.

Con admirable calidez me hablaba de la lucha de clases y de la importancia de organizarse en un partido, mientras calmaba con golosinas y mimos a mis tres hijos pequeños, alterados por tanto movimiento en la casa.

Siempre que tuvo oportunidad me estimuló a que escriba para la prensa.

Recuerdo muchísimas expresiones de él que me han ayudado a formarme políticamente. En 2001, me llegó su magnífico libro sobre el movimiento piquetero, que me puso otra vez en el camino de la militancia, del cual estaba momentáneamente alejada.

Lo respeté y lo admiré desde que lo conocí, y afortunadamente tuve oportunidad de decirseló más de una vez.

Creo firmemente que el mejor homenaje a este gran luchador es seguir militando cada día más, espero hacerlo aunque no puedo evitar llorar mientras escribo y lo recuerdo.