Partido

14/12/2006|976

Kirchner desagradecido, del show al desprecio

Hace un par de meses Kirchner montó su tarima en Gualeguaychú para darse un baño de multitud con un amasijo de mentiras. Llevó con él a toda suerte de punteros encumbrados, sin prever que luego muchos de ellos quedarían en el camino como consecuencia de los apetitos enfrentados que acosan a la camarilla de gobierno.

El martes pasado, sin embargo, el Presidente no se atrevió a sacar siquiera la nariz por el balcón de la Rosada, porque esta vez eran los gualeguaychenses los que se movilizaban, sin patrocinios, por sus derechos. Tampoco les levantó las vallas, como lo había hecho para su propia fiesta reeleccionista el pasado 25 de mayo.

Tenemos aquí una pincelada política interesante de este gobierno: sólo se mueve en un clima de circo, nunca en un cuadro de movilización política.