Partido

16/6/2005|904

La CGT no se divide

El bloque de la burocracia sindical conocido como “los gordos” (Luz y Fuerza, Sanidad, Smata, Empleados de Comercio, entre otros) ha anunciado la decisión de retirarse de los cargos directivos de la CGT. Pero la CGT no se divide; desaparece el triunvirato y Hugo Moyano será elegido secretario general. Es que los “gordos” y Moyano apoyan al gobierno “nacional y popular”, al igual que el conjunto de la burguesía.


El marco de acción de Moyano, en términos de salarios y convenios, es una protección para el conjunto de la burocracia sindical. La burocracia, sin excepción, saluda la reactivación capitalista y sostiene la política oficial de consolidar los niveles históricamente bajos de los salarios. La “disputa” sobre el salario mínimo entre las fracciones de la burocracia y el gobierno es clarificadora: Kirchner propuso 510 pesos, la CGT 630 pesos, la CTA 760 pesos, todos valores en el orden de los 200 pesos/dólares de 2001.


No es cierto, por otro lado, que la crisis política entre Kirchner y Duhalde esté partiendo la CGT. Moyano “apareció de cuerpo presente durante el acto de lanzamiento de la campaña de Cristina Kirchner en Obras Sanitarias” y con el dirigente camionero “se mostraron dirigentes que supieron rendir pleitesías al menemismo, como Lingeri (Obras Sanitarias), Andrés Rodríguez (UPCN) y Armando Cavalieri”. Este último “fue el de menos pruritos a la hora de admitir que apoyaría la candidatura de Cristina” (Página/12, 11/5).


La CGT ha sido “útil”


La unidad (de fachada) de la CGT fue parida de común acuerdo entre la Casa Rosada y Duhalde para contener la rebelión obrera. Ha mantenido a una enorme franja de trabajadores por fuera de la rebelión salarial, encuadrados en “paritarias” digitadas en las que se han pactado convenios antiobreros y confiscatorios del salario.


En este escenario el gobierno coopta el apoyo o el silencio de la burocracia. Hugo Moyano dispone de cinco millones de dólares anuales para el Sindicato de Camioneros “para capacitación de choferes del transporte de cargas” (Clarín, 3/6). El gobierno “asiste” a las obras sociales quebradas, como recientemente con la UOM, cuyo flamante secretario general ha sido el primero en pronunciarse por la reelección de K.


Dicho todo esto, la descomposición de la burocracia es tan aguda como la oleada de luchas que se libran por fuera de ella o contra ella y apelando a los métodos piqueteros que el mismo Hugo Moyano declaró agotados al momento de preparar su asunción como cabeza de la CGT “unida”.