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17/11/2005|925

La conspiración contra el Teatro Colón

Han transcurrido más de seis meses de paritarias y en los hechos hoy nos encontramos como al principio, es decir, en un punto muerto.

Después de casi dos semanas de paro y medidas de fuerza y posterior conciliación obligatoria se pudo arrancar al Ejecutivo la suspensión de dos decretos infames que obliga en forma discrecional a nuestros compañeros a jubilarse con el 40% de su sueldo actual, o sea entre 500 y 600 pesos, en los mejores casos. El resto del mismo está en negro, ya que el blanqueo parcial no se extiende a nuestros colegas en edad de jubilarse, y un incentivo del orden del 18% de nuestro salario de bolsillo está lejos de nuestro reclamo.

A pesar de las reiteradas promesas del secretario de Cultura de la Ciudad (recomposición salarial, carrera, escalafón, entre otros), a la fecha nos encontramos sin respuestas positivas. La verdera intención del Ejecutivo es la tercerización nuestro Primer Coliseo.

Con este ataque sistemático, la dirección del teatro trata de debilitar la lucha del conjunto de los trabajadores, poniendo al desnudo la inescrupulosa decisión de transformar nuestro Teatro Colón en una institución de negocios privados con fondos públicos, abandonando con ello el ultimo resabio de interés social (formador de profesionales y público). Este proyecto se inició desde la época de Sergio Renán – “Sala de Alquiler”-; Senanes, Batalla – “Sociedad de Estado”-; Tito Capobianco – “Autarquía”-; y por último, Gustavo López – “Comisión de Notables”. Cuatro nombres diferentes para un mismo objetivo, lucrar con nuestra institución.

Hace aproximadamente veinte días que cerraron la puertas del teatro por orden de la dirección y aval del secretario López, argumentando problemas gremials. La verdadera razón es, sin embargo, el quiebre económico causado por el despilfarro discrecional del presupuesto del presente año. Esto trajo atrasos de hasta seis meses en los salarios, incluidos los compañeros que ni siquiera han firmado contratos, además del incremento de las deudas contraídas con los proveedores.

Los trabajadores nos opusimos a este cierre de nuestra institución (las salas principales de ensayo están cerradas con candado) y como respuesta nos condicionan la reapertura de nuestro Primer Coliseo a la firma de cuatro puntos, de los cuales los primeros son anticonstitucionales (prohibición del derecho de huelga), y el cuarto habla de contrataciones especiales, que son facultad única y exclusiva de esta dirección.

Esta actitud fascista de los funcionarios que se dicen ‘progres’, está siendo rechazada por el 95% del personal.

Hace pocas horas, el gobierno recibió un duro golpe cuando la jueza Patricia López Vergara hizo lugar a un recurso de amparo presentado por los cuerpos artísticos y Ate para que se proceda a la reapertura del Teatro Colón .

José Piazza (*)