Partido

28/6/2007|998

Lenin y el “Día de la prensa obrera”


En ocasión del segundo aniversario de Pradva , el 22 de abril (5 de mayo del calendario actual) de 1914, el Comité Central del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR) aprobó un llamamiento a los activistas del movimiento obrero internacional y los obreros de toda Rusia.


El llamamiento fue promovido por el “Grupo de Pradvistas” que envió, un mes antes, una carta abierta al diario Put Pradvi, tomado rápidamente por el partido, invitando a las organizaciones obreras de Inglaterra, Alemania, Francia e Italia, otros partidos socialdemócratas y agrupamientos sindicales.


Los grupos bolcheviques, como el de la IV Duma del Estado, realizaron llamamientos “a los obreros y obreras y a los amigos de la prensa obrera”* y pusieron a disposición sus salarios para el sostenimiento y ampliación del diario obrero. En varios casos, se propuso una colecta de los jornales de ese día o medio jornal, o la ampliación de las suscripciones.


La respuesta de los obreros de Rusia a este llamado fue impresionante. Más de 2 mil grupos obreros recaudaron dinero (más de 16 mil rublos) y se publicó una tirada de 130 mil ejemplares. Varias revistas y publicaciones marxistas legales tomaron ese día como una jornada de celebración, extendiendo su influencia entre las masas obreras. Llegaron saludos desde todo el mundo, incluso de intelectuales reconocidos como Bernard Shaw.


Ese día, Lenin (que se encontraba en el exilio) envió un telegrama saludando la iniciativa, poniendo a disposición su jornal para financiar la prensa.


Dos meses después haría el balance de esta jornada: “La fecha del segundo aniversario de Pravda se convirtió en un día de revisión de las fuerzas marxistas (…) Todos los obreros políticamente conscientes acudieron ese día en ayuda de sus publicaciones obreras, por lo que, kopek a kopek, se han reunido cientos y miles de rublos”.


En su balance, Lenin planteaba que varios “camaradas” habían enviado remesas de dinero días y semanas después prolongando el “día de la prensa por dos meses”. El día de la prensa fue tomado por los “liquidadores” (mencheviques) que propusieron una colecta y jornadas comunes, que fueron rechazadas por la mayoría de los grupos obreros y no incidieron en la colecta general.


En el balance detallado de las jornadas que hace Lenin, se presenta esta iniciativa como un método de trabajo de un partido obrero que pretende ser el partido de la revolución socialista. En la primera parte, plantea una comparación de lo obtenido por los “liquidacionistas”, que había sido sólo un tercio de lo obtenido por los bolcheviques. Pero no menosprecia este hecho: “Estas cifras de lo recaudado para el día de la prensa obrera nos revelan el mismo panorama que al hacer el cálculo de las colectas y grupos a partir del 1 de enero de 1914. Del total de los grupos obreros que respondieron al ‘día de la prensa obrera’, sólo poco más del 20% corresponden al periódico liquidacionista. Y eso que los liquidadores hicieron todo lo posible para cambiar la correlación de fuerzas a su favor con motivo del día de la prensa obrera. No lo consiguieron. Cuatro quintas partes de los obreros políticamente conscientes siguen al pravdismo; este hecho, establecido en base a las cifras correspondientes a los dos años de vida de los periódicos legales, ha sido confirmado por el día de la prensa obrera”.


Lenin demostraba, además, que la mayoría de los aportes que habían conseguido los liquidadores no pertenecían a la clase obrera. A éstos les decía: “Cuando se crea una prensa obrera y un organismo obrero, hay que tener en cuenta, se puede y se debe tener en cuenta, no los capitales de los ‘amigos’ ricos, sino sólo la actividad de los propios obreros (…) Nosotros, por nuestra parte, estamos orgullosos de que nuestro ‘fondo de hierro’ está casi totalmente integrado por kopeks de los obreros…”.


Continuaba: “¿Cómo se descompone esta suma? ¿Obreros de qué oficios y cuáles zonas y en qué medida han contribuido a fundar un periódico marxista consecuente?”.


A continuación, mostrando un cuadro de las contribuciones por rama de producción, plantea que este es “el documento que mejor caracteriza el estado actual del movimiento obrero”. El cuadro, dividido en dos partes, presenta a los metalúrgicos a la cabeza, seguidos por los madereros, gráficos, ferroviarios y empleados de comercio, seguidos a su vez por 30 oficios más que contabilizan, con otros sectores sociales, el total de los aportes. La división del cuadro estaba presentada para medir la influencia de partido en Petrogrado (la capital de Rusia y una de las mayores concentraciones obreras del mundo en ese momento) y las provincias. Sólo en la capital, 393 grupos de metalúrgicos hicieron sus aportes. El total de grupos que aportaron en Petrogrado, a dos meses del aniversario, fue de 1.276. En las provincias los grupos eran 639.


Lenin terminó su balance con un minucioso análisis de las fábricas “que más activamente apoyaron el periódico obrero”. Nos proponemos, desde nuestra Prensa Obrera en este número mil, llevar adelante la misma tarea que en 1914 concretaron los bolcheviques. Por un partido de la clase obrera, por una alternativa obrera y socialista.


* Todas las citas fueron extraídas de V. I. Lenin: Obras completas, tomo XXII, Editorial Cartago.