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15/5/2008|1037

Líbano | Hezbollah no va hasta el final

La anulación de la red de comunicaciones propia de la Hezbollah duró muy poco. "A las milicias de Hezbollah les tomó unas pocas horas tomar el control de Beirut Occidental y poner de rodillas al gobierno respaldado por los gobiernos occidentales" (Financial Times, 9/5).

Los milicianos de Hezbollah tomaron el aeropuerto de Beirut y rodearon el periódico de la familia Hariri (el principal político de la coalición pro-occidental) y las viviendas de los principales funcionarios del gobierno. El gobierno de Siniora debió capitular.
Habiendo ganado el dominio de las calles, Hezbollah se retiró y las dejó en manos del ejército libanés. "Los militares están divididos, son un espejo del país", reconoce el general retirado Elias Hanna. "El secreto de la supervivencia del ejército, continúa, es su no utilización, al menos en el conflicto interno" (Corriere della Sera, 11/5).

Después de la guerra contra Israel,  Hezbollah emergió como la principal fuerza militar y política del Líbano. La dirección de Hezbollah aceptó la existencia del gobierno de Siniora y hasta del propio ejército libanés. La provocación lanzada por Siniora creó una crisis política descomunal.

La batalla por Beirut ha confirmado que Hezbollah es la fuerza política y militar dominante de Líbano. Luego de los enfrentamientos, la dirección de Hezbollah volvió a recordar que "su enemigo es Israel". Se trata de una justificación para no ir hasta el final y tomar el poder en Líbano.