Partido

21/12/2006|977

Los bastones de Kirchner

 

 

Finalmente, las camarillas profesorales lograron realizar la Asamblea Universitaria reaccionaria para elegir al rector de la Universidad de Buenos Aires. Debieron, para eso, recurrir al socorro del gobierno nacional, que puso a su disposición las instalaciones del Congreso y un operativo de seguridad que los propios medios calificaron como “de película”. Del entramado también participó la empresa Metrovías, que puso un subte especial para trasladar a los decanos y su tropa. Todo en un armado de tipo clandestino. Durante varios días la UBA estuvo dirigida por Aníbal Fernández.

Fue necesaria semejante operación política para poder elegir a Rubén Hallú. Hallú es decano de la facultad de Veterinaria y como lo reconocen sus propios pares, el más mediocre de todos los decanos. En los años que lleva ocupando un lugar en el Consejo Superior jamás se le escuchó una idea. Posiblemente, haya sido esa reconocida mediocridad la que le permitió ser seleccionado para el cargo.

Así y todo, y a pesar del operativo de seguridad, la Asamblea Universitaria se desarrolló de manera completamente irregular. Mientras en los alrededores del Congreso la policía reprimía a los estudiantes de la Fuba, adentró, en el Salón Azul, se proclamó a Hallú como rector, aunque ni siquiera se pudo votar. Los valerosos asambleístas que responden a la Fuba llevaron el piquete adentro mismo del Congreso, donde fueron reprimidos y expulsados por personal policial y grupos de choque puestos por los propios decanos.

Otra vez, el Chacho Alvarez

Inmediatamente después de que terminara la parodia de Asamblea Universitaria, y mientras afuera continuaba la represión, se reunió el Consejo Superior de la UBA para elegir a Sorín como vicerrector. En el mismo acto de eligieron los principales secretarios, quedándose con la parte más sabrosa del queso los sectores que responden a Alterini. Semejante apuro respondió a la desconfianza entre las propias camarillas, que temían que los acuerdos se rompieran desde el primer día.

Los autodenominados decanos progresistas llegaron, bajo esta forma escandalosa, ‘al poder’ de la UBA. Atrás quedaron sus promesas y dichos —y hasta resoluciones de sus propios Consejos Directivos votadas por ellos mismos- de que jamás sesionarían con la policía como custodia y mucho menos con represión. Dentro de los ‘olvidos’ de los ‘progres’ hay que anotar sus reiteradas afirmaciones que nunca realizarían acuerdos con los impulsores de la candidatura de Alterini.

Los ‘progres’ llegan ‘al poder’ como furgón de cola de la derecha. ¿Qué motivó el cambio? Un par de secretarías del rectorado con su respectivo presupuesto, aunque hay que aclarar, secretarías de segunda línea, ya que las importantes estarán en manos de la derecha.

Los ‘progres’, ahora transfigurados en los máximos opositores de la Fuba, no pueden ocultar que acceden a estos cargos gracias a la lucha dada por el movimiento estudiantil. A medida que la lucha estudiantil crecía los ‘progres’, subían de precio para un pacto con la derecha. Han usurpado en su propio beneficio una lucha que no dieron.

Al igual que el Chacho Alvarez y el Frepaso, el progresismo argentino vuelve a mostrar su enorme cobardía y mediocridad. Han llegado al poder pero se han anulado como factor político.

Los costos

Con el poder que le da el manejo del aparato del Estado, Kirchner logró realizar la Asamblea Universitaria reaccionaria. ¿Pero a qué costo? Los propios medios señalan que por primera vez la UBA tendrá un rector y un vicerrector peronistas. Pero éstos carecen de poder propio, son rehenes de las camarillas de Alterini y de la Franja Morada de Shuberoff. Deberán también recurrir una y otra vez al gobierno nacional para enfrentar al movimiento estudiantil y docente.

Kirchner ha logrado que se realice la Asamblea, pero la crisis de la UBA ha dado un nuevo salto. Filmus deberá arrastrar durante su campaña electoral el peso de la intervención del Estado en la UBA.

La crisis continúa

Nadie en su sano juicio se ha animado a afirmar que la crisis de la UBA se haya cerrado con la elección de Hallú-Sorín. Por el contrario, mientras algunos miembros de las camarillas arteramente llaman al ‘consenso’, el nuevo rector propone pasar a la clandestinidad a los estudiantes, a los que calificó como delincuentes.

Las nuevas autoridades deberán hacerse cargo de una UBA en crisis, sin presupuesto, sin salario, sin edificios en condiciones, sin becas. Pero una UBA que, a diferencia con el pasado, ha empezado a luchar para terminar con el gobierno de las camarillas privatizadoras y reaccionarias. De ahora en más cada lucha parcial, de las que hay centenares, se vinculará a la crisis en su conjunto.

A las camarillas no les quedó otra opción que convocar a una nueva Asamblea para el 1° de julio para reformar los estatutos. Anticipamos desde estas páginas que no la van a realizar. Carecen de homogeneidad para semejante tarea. Saben que el simple debate sobre los estatutos les generará una crisis política que les hará tambalear.

La lucha dada por la Fuba mantiene toda la vigencia pero con el aditamento de que será contra las autoridades colocadas directamente desde Balcarse 50.

 

Gabriel Solano