Partido

18/10/2007|1014

Marcelo Gustavo Colominas

Colo, hasta el socialismo siempre

El domingo pasado falleció en un accidente automovilístico el compañero Marcelo Gustavo Colominas.


El Colo — como le decíamos todos — se ligó al Partido Obrero en su juventud, siendo estudiante de la Facultad de Medicina de la UNNE, al calor de las luchas de finales de la dictadura y contra la continuidad del examen de ingreso preservado en sus inicios por el alfonsinismo.


Ya recibido, se dedicó a la cardiología y a la medicina laboral y participó de numerosos congresos nacionales e internacionales, donde siempre se destacó con aportes originales publicados en diversas revistas especializadas.


A pesar de que abandonó el ámbito de la salud pública santafecina, al ser contratado como médico de la taninera Unitán y dedicarse paralelamente a la cardiología privada en Resistencia (Chaco), siempre honró su espíritu solidario abriendo sin reservas su consultorio para atender cualquier dolencia a un sinnúmero de compañeros de todas las organizaciones sociales con “la Obra Social del Polo”, como le gustaba que dijéramos, y colaboró activamente con el Partido.


Su conciencia cada vez mayor del desastre humanitario que plantea la supervivencia del capitalismo lo llevó recientemente a integrarse orgánicamente a la militancia para desarrollar el frente partidario de los profesionales, mostrándose conmovido por la afluencia de jóvenes universitarios a la UJS.


La medicina perdió un estudioso, un científico; pero más perdió el Partido Obrero.


Marcelo Colominas dejó un ejemplo de vida y de militancia. Después de trabajar todo el día en el sanatorio, y en la fabrica taninera Unitán, la ex “Forestal”, se hacia tiempo para las reuniones de partido, para salir a pintar, para salir a pegar carteles, hacer finanzas para sostener al partido y hace un par de años, junto a docentes, estudiantes y padres, ponerle freno al intento de la Alianza de destruir las escuelas técnicas en el Chaco. Todo esto mientras era, además, presidente de la Federación de Cardiólogos.


Pero el mejor ejemplo; la mejor enseñanza que nos dejó fue tu permanente actitud critica dentro del partido, nunca para frenarlo, sino para desarrollarlo hacia la revolucion proletaria.


Muchas de las humildes personas, obreros, jóvenes y mujeres que atendiste sin pedir nada a cambio, te recordarán por tu exigencia de que se organizaran para exigir al estado capitalista la solución a sus dramas. Nunca fue un demagogo.


“Realmente estoy feliz”, decía, relatando el estado de ánimo que lo embargaba en los últimos tiempos, plenificado por los logros de Colito y Lucrecia (sus hijos ya en la universidad) y el afecto de su compañera Jimena y de Renata (nacida hace pocos meses).


El Colo Colominas, médico de profesión, militante de la revolución proletaria.


Hasta el Socialismo siempre.