Después de pelear duramente contra una larga enfermedad, falleció nuestra compañera Marta Lapides.

Marta fue protagonista de primera línea en la recuperación de la comisión interna de UPCN en el Inti de manos de la burocracia, en 1993. Tres años antes, se había integrado a la Lista Naranja (orientada por el PO), cuando ésta presentó una lista nacional antiburocrática opositora a la camarilla de Andrés Rodríguez. Poco tiempo después, se incorporó al Partido Obrero.

La gestión de la interna recuperada del Inti forma parte de la mejor historia del instituto y de los trabajadores estatales, por su trayectoria de lucha y la defensa apasionada de la democracia sindical. A tal punto que la tradición de la asamblea general quedó en la conciencia de sus trabajadores asociada a la experiencia de la Naranja. La autoridad de esta interna llevó a la burocracia a un ataque en regla en 2002, un “navarrazo” en el que sus matones, junto a la policía, barrieron con los integrantes de la organización recuperada y, a la vez, montaron un gigantesco operativo de cooptación sobre algunos de sus miembros. De aquella agrupación Naranja del Parque Tecnológico, hubo tres “leones” que defendieron cada pulgada de terreno. Fueron Marta Lapides, Marcelo Kadener -fallecido hace unos años- y Mariela Ugarteche. Es fruto del tesón de Marta, junto a otros, la construcción de la Mutual del Inti, luego expropiada por la burocracia.

Marta fue una delegada ejemplar, una militante denodada y, a la vez, una excelente profesional, un hecho reconocido por todos los trabajadores -en contraposición con los descompuestos elementos de la burocracia.

En paralelo con la experiencia del Inti, Marta Lapides fue una activista notable del Argentinazo. Constructora y vocera de la Asamblea Barrial de Chacarita, jugó un papel destacado en la recuperación de la fábrica Grissinópoli, que formó parte del vasto movimiento de lucha que ocupó e hizo andar las plantas vaciadas por los capitalistas en la quiebra de 2001/2002. Por allí encontrarán su rostro anguloso y feliz, en las imágenes de la película sobre la fábrica, la cual recorrió y organizó junto al luchador, militante y compañero de fierro de toda su vida: Olegario.

Como fruto de esta experiencia, Marta Lapides ocupó uno de los primeros lugares en la lista de candidatos a legisladores del PO en la Ciudad de Buenos Aires, en 2003.

Aun afectada fuertemente por la enfermedad, mantuvo siempre una actitud de colaboración y participación en las actividades de su cercano local del Partido Obrero de Palermo. Siempre fue una apasionada lectora de Prensa Obrera.

Sus compañeros de trabajo la fueron a despedir masivamente en reconocimiento de esta larga trayectoria de lucha. A su esposo, a sus hijas Paloma y la “Negra”, a su padre Jorge, nuestro abrazo fraternal y nuestro recuerdo. Marta forma parte de la historia que seguimos librando ya sin ella, con esa tenacidad que nos dejó -aunque, eso sí, un poco más tristes.