Asistimos a una crisis de dimensiones en el gobierno provincial.

Por un lado el gobernador Cobos y sus aliados buscan profundizar el acuerdo con Kirchner con vistas al 2007 (se llegó a hablar de la candidatura de Cobos a la vicepresidencia). Del otro lado, el ex gobernador y actual diputado nacional, Iglesias, que se perfila como futuro presidente de la UCR nacional dirigiendo a los llamados “duros”, se niega a entrar en el amontonamiento kirchnerista. Este sector tiene un perfil más ligado a la derecha lopezmurphista.

Qué poco duró

Poco duró la fiestita electoral. Esta fisura entre duros y transversales “pone en riesgo los próximos dos años de gobierno de Julio Cobos” (Los Andes, 6/11). El detonante de la pelea fue la destitución del ministro de Seguridad, Tello, ante el estallido de otra crisis por la inseguridad, luego del asesinato de una mujer residente en la Quinta Sección, uno de los asientos geográficos de la burguesía y pequeña burguesía acomodada de la ciudad.

Pero es tanta la pus que emana de este Estado, que no puede dar seguridad ni a la propia clase que representa. Es cada vez más claro que la inseguridad está promovida desde los propios aparatos represivos del Estado. Zonas liberadas para los delincuentes socios de la cana, y razias salvajes contra la población trabajadora es lo que abunda en esta provincia. El gobierno aplica sin chistar el libreto de la derecha: reforzar el Estado policial.

El Partido Obrero propone:

• Disolución del aparato represivo.

• Crear una fuerza de seguridad ciudadana reclutada entre las organizaciones populares, cuyos dirigentes sean elegidos y con mandato revocable, y que esté sometida a las decisiones de asambleas populares.

• Prohibir toda represión a los movimientos de lucha. Libertad y desprocesamiento a todos los luchadores populares.

Pancho (Círculo de Luján, Mendoza)