Partido

7/12/2006|975

Municipio por municipio, provincia por provincia, empresa por empresa, sindicato por sindicato, construyamos una alternativa obrera y socialista

DISCURSO DE CIERRE DEL PIC-NIC 2006 DEL PARTIDO OBRERO

Compañeras, compañeros: Como ustedes se imaginan, no podía cerrar este acto sin que, antes, los compañeros del Hospital Francés subieran a esta tribuna y mostraran el empeño de un sector de trabajadores en derrotar un plan siniestro de destrucción de la salud en Argentina; un plan siniestro contra los trabajadores médicos y no médicos del Hospital Francés, que llevan varios años en esta lucha que es un ejemplo de tenacidad, es un ejemplo de combate, es un ejemplo de organización, es un ejemplo de cómo hay que tratar a las patotas que monta el gobierno, y que ha sido tomada como un ejemplo por los hospitales de la Capital y por los hospitales de la Provincia de Buenos Aires como lo muestran el Clínicas, el Garrahan, el Hospital Alvarez (…).

Quiero decirles que me voy de este Pic-nic impresionado. No sólo es el Pic-nic más numeroso que ha convocado y organizado el Partido Obrero, sino que recorriendo cada una de sus manifestaciones he observado que la parte más militante del pueblo trabajador desarrolla una actividad cultural inmensa, una actividad artística inmensa, y que el Pic-nic ha sido el escenario del que se han valido para exponerlas. Han habido innumerables mesas redondas (sobre la situación política, sindical e internacional; sobre el medio ambiente, la educación y la salud), no sólo actividades deportivas exitosas y el ajedrez, como ya estábamos acostumbrados. Ha habido un escenario especial para el rock que ya ha estado otros años, pero donde incrementamos la cantidad de bandas que actúan; un auditorio para los videos del Ojo Obrero y otros grupos audiovisuales, y ha habido una exposición fotográfica absolutamente increíble. Es una exposición fotográfica y de pinturas, de diseños y de dibujos, que refleja la labor de compañeras y compañeros del movimiento piquetero, pinturas y dibujos, por ejemplo, del Ceamse de La Matanza, de los compañeros de la Universidad de La Plata, de Bellas Artes, de los compañeros de la Escuela de Artes en Quilmes, del plan Jóvenes que dirige el Polo Obrero, de muchas otras manifestaciones populares de creación artística, que se hicieron presentes en este Pic-nic. Ha tenido lugar un cambio; esto ya no es un Pic-nic en el sentido tradicional, es una expresión política, sindical, artística, cultural, ideológica de una parte del movimiento obrero. Tenemos que tenerlo presente, de aquí para el futuro, a la hora de organizar este Pic-nic, porque ganarles la batalla ideológica, cultural y artística a los capitalistas y a la burguesía es arrebatarles un arma que usan para proclamar su superioridad social y para imponer su concepción del mundo. En oposición a las “noches” que organiza el Gobierno de la Ciudad (esas que empiezan a las 10 de la noche en Puerto Madero y terminan en la Recoleta, entre whiskys, copas y ventas a precios monumentales de algunas pinturas hechas por orden y comando de algún grupo capitalista), acá fluye la creatividad de nuestros trabajadores y de la juventud.

Hablando con algunos compañeros, les he dado mi opinión de que, tempranamente, en el 2007, tendríamos que sacar una revista que sea la expresión de toda esta insurgencia artística, una revista que publique los poemas, que publique los cuentos, que publique los dibujos y diseños, que organice el intercambio de ideas y la discusión artística, ideológica y política. Una revista artística y político-cultural, que le dé la batalla a los representantes de la clase capitalista, pero más incluso que eso: que le muestre al pueblo trabajador la creación artística de la que es capaz, como una forma de hacer consciente el carácter universal de su lucha (…). Uno no toma esa conciencia en el momento que corta una ruta o toma una fábrica, sino que lo hace cuando otro lo dibuja cortando esa ruta u organizando esa huelga, porque en ese dibujo, si es realmente creativo, hay una mirada hacia el gesto, la actitud y la personalidad de la mujer, de la compañera, del compañero que está cortando esa ruta, que está ocupando el Hospital Francés o que está luchando, como lo hacen los compañeros de Atento contra Telefónica. En estas luchas se expresa gente muy joven, nuestra nueva generación, la generación de Atento, de la agrupación Combativos Mercantiles de los supermercados Coto, la nueva generación obrera en general, y también la generación de la Federación Universitaria de Buenos Aires y de la UJS. Dejo un saludo, un respaldo, un apoyo y un reconocimiento a la Fuba por haber transformado la consigna “Abajo la Asamblea reaccionaria”, durante seis meses, en un eje de combate y clarificación, y en un eje de desenmascaramiento de las camarillas capitalistas, de los gobiernos, de los pulpos, de los monopolios que quieren destruir la educación argentina, pero que enfrentan un obstáculo: la juventud revolucionaria y socialista.

En diciembre del año pasado, desde esta tribuna, dirigí un mensaje a un compañero que había sufrido un grave accidente en esos días y que se encontraba internado en el Hospital Penna. Hoy, al compañero Gaspar lo tenemos acá, y de un Pic-nic a otro Pic-nic le expresamos al compañero Gaspar nuestro gran reconocimiento hacia él por la lucha implacable que está empeñando por su recuperación, para lo que cuenta con el apoyo de su familia y de todos sus compañeros (…).

Desmoronamiento

(…) Cuando miro para atrás el año, ¿cuál es el hecho que rescato como fundamental, a la hora de ordenar una serie de conclusiones? El hecho fundamental que se rescata es un hecho enorme: estamos asistiendo al desmoronamiento del imperialismo yanqui en Medio Oriente. Es un hecho histórico impresionante que afecta a toda la política mundial, naturalmente a Argentina, y que afecta la política del Partido Obrero. El imperialismo yanqui fue a Medio Oriente a acaparar el petróleo y a ‘rediseñarle’ su mapa político, y hoy se encuentra enterrado en Medio Oriente. Un ex secretario de Seguridad de Estados Unidos le advirtió hace dos años a Bush que si Estados Unidos no se iba de Irak sería expulsado de Medio Oriente, y efectivamente es lo que está ocurriendo ahora.

El desmoronamiento del imperialismo yanqui responde a un conjunto de factores —su impasse histórico y la creciente lucha popular. Pero lo que más ha contribuido al desmoronamiento del imperialismo yanqui en Medio Oriente, en el curso de este año que termina, es la resistencia armada del pueblo del Líbano al ejército sionista que los bombardeó durante 40 días, que provocó el desplazamiento de más de un millón de personas, destruyó la infraestructura civil y mató a mujeres y niños, y no pudo, sin embargo, doblegar a una guerrilla nacional organizada de ocho mil milicianos. En estos días, la televisión no pudo dejar de mostrar una manifestación convocada por Hezbollah en el Líbano, de un millón de personas, contra el gobierno pro-yanqui de ese país, en momentos en que en Irak las tropas norteamericanas no tienen donde encontrar refugio y tampoco tienen condiciones como para irse. Pero, por sobre todo, no pudo dejar de mostrar un fenómeno que encierra las posibilidades revolucionarias de toda esta lucha nacional, al enfocar en particular a las mujeres de todas las condiciones confesionales y ateas (con chador y rostros cubiertos o descubiertos, o en vaqueros y blusas escotadas o blusas no escotadas), bailando en las calles y rompiendo una división histórica en Medio Oriente, para poder reunir a un millón de personas y echar al imperialismo yanqui. A medida que se plantea la necesidad de profundizar la lucha nacional, se plantea la necesidad de encontrar las reivindicaciones comunes, y esto abre la posibilidad de unir a las masas explotadas de cualquier condición religiosa, confesional o sectaria, concretamente para echar al imperialismo yanqui.

Al mismo tiempo que se desmorona el imperialismo en Medio Oriente, se van creando las bases para desarrollar allí una insurgencia popular más progresista y más revolucionaria y que por lo tanto podrá convertirse en una insurgencia socialista en la región.

Que el imperialismo yanqui, que le fue a dictar el libreto a Medio Oriente, se desmorone en el Medio Oriente tiene una implicancia mundial enorme, porque necesariamente va a despertar —y ya lo hace— a las clases obreras de los países imperialistas y de los países capitalistas en general, y porque limita la capacidad de Bush y del imperialismo norteamericano para reforzar la opresión nacional y social de los trabajadores. Se va creando en el mundo una suerte de vacío de poder, una transición, que se caracteriza por las crisis de los regímenes vigentes, y que se refuerza por una tendencia a un nuevo colapso financiero internacional. El imperialismo mundial no tiene ninguna variante de reemplazo o de recambio a la dominación del imperialismo yanqui, y así lo vemos en América Latina, desde la rebelión de Oaxaca a las insurgencias bolivianas. La incapacidad del presidente de México para prestar juramento; la derrota del candidato de los oligopolios bananeros en Ecuador; la desintegración de los partidos de la derecha en Bolivia; las rebeliones populares y las tendencias a rebeliones populares en América Latina, no se pueden entender y no se podrán explicar sin esta tendencia imparable al desmoronamiento del imperialismo yanqui en una de sus tentativas más fuertes por reorganizar al mundo ‘a su imagen y semejanza’, es decir en función de los bolsillos de los grandes pulpos imperialistas. Han fracasado en un intento fundamental y van pagando implacablemente las consecuencias.

Nacional e internacional

Una política revolucionaria socialista debe partir, necesariamente, de este nuevo cuadro mundial; no puede haber una política nacional que sea realmente revolucionaria, si no se corresponde a la nueva situación internacional. Nuestra política debe partir de este desmoronamiento y de las perspectivas que abre, porque este vacío de poder que el desmoronamiento del imperialismo yanqui va desenvolviendo en diferentes países tiene sus manifestaciones todos los días, impregna los escenarios políticos nacionales, que arrastran una larga crisis histórica.

¿La prolongada movilización de la Asamblea de Gualeguaychú y los continuos fracasos del gobierno para reprimirla o cooptarla, es un fenómeno ajeno al debilitamiento creciente del imperialismo yanqui y a la repercusión que esto tiene sobre los diferentes regímenes políticos capitalistas? Todas las clases sociales, en Argentina, se han vuelto piqueteras, pero esto está ligado también a una crisis de régimen que atraviesa a todos los Estados latinoamericanos. Contradictoriamente, la sublevación de Gualeguaychú no se registra todavía en Fray Bentos debido a la represión implacable de parte del FA y de todos los partidos principales de la izquierda uruguaya que salen a defender al pulpo Botnia (y digo los partidos principales porque no quiero dejar de mencionar y rescatar, aunque no coincidamos totalmente, al ala izquierda del Movimiento 26 de Marzo, a la Corriente de Izquierda y, naturalmente, al PT de Uruguay, que luchan para que se vaya Botnia de Uruguay y para que se vaya Tabaré Vázquez y haya un gobierno de los trabajadores). Pero nada demuestra mejor el desmoronamiento tendencial del imperialismo que el hecho de que deba recurrir a ‘la izquierda que se une’ para mantener una precaria estabilidad política.

Tenemos un conjunto de fenómenos populares que expresan la tendencia al desmoronamiento del orden reinante. Tenemos que tener en cuenta esta situación para el año 2007, porque el PO tiene que ir, el 2007, a la conquista de posiciones en los municipios y en los parlamentos para hacer crecer la propaganda y agitación política socialista, y para darle una fuerte repercusión nacional. Para propagandizar, agitar e incluso organizar a los obreros petroleros, a los del Francés, a los ambientalistas; para desarrollar un movimiento sindical que sea revolucionario y una clase obrera socialista; para hacer esto necesitamos, claramente, conquistar esas posiciones políticas. Tenemos la oportunidad de explotar esta posibilidad que ofrece el desmoronamiento del imperialismo yanqui en Medio Oriente y las consecuencias de ese desmoronamiento en América Latina, con gobiernos burgueses débiles, con gobiernos burgueses que le temen al movimiento de masas, con gobiernos burgueses que se sienten acosados por los movimientos de masas. Cuando planteamos que hay que construir una alternativa obrera y socialista lo que planteamos no es una autoconstrucción basada en la propaganda y el reclutamiento, sino en una acción política concreta, dirigida a todas las clases y organizaciones que se encuentran empantanadas en su propósito de transformar el régimen existente, para que rompan sus lazos con la burguesía o la pequeña burguesía conciliadora, para construir un movimiento de lucha que plantee el gobierno de los trabajadores y una reorganización socialista internacional, y que enfrente sobre esta base programática a todos los partidos capitalistas y sus retoños pequeñoburgueses (…).

Acción política

En estas condiciones de fuertes contradicciones internacionales, construir una alternativa obrera y socialista es decirles a las organizaciones que le creyeron a D’Elía y a Tumini, que rompan con Kirchner, que se ha alineado con Bush y el lobby sionista contra los movimientos nacionales de América Latina y de Medio Oriente, y que vengan a construir una alternativa obrera y socialista. Que rompan con los D’Elía y los Tumini —que quieren seguir comiendo del presupuesto a toda costa—, para poner en pie una alternativa política independiente del capital y del Estado.

Es decirles a las organizaciones que se someten al centroizquierda, como la CTA o los sectores que la siguen en el MIC, que el centroizquierda ha hecho una alianza con la derecha en Misiones, argumentando la necesidad de impedir una reelección indefinida, pero que ahora hace otra alianza con la derecha en Entre Ríos en nombre de una política común. Así es que el partido comunista ha hecho un frente con la fracción peronista de Lavagna y con la UCR; lo mismo ocurre en Santa Fe. Eso no es una salida popular, como tampoco lo es el frente que está armando junto a la CTA y el ala pro-CTA del MIC con los Ibarra, Telerman, Heller o Bonasso, todos filo-kirchneristas. Llamamos a los compañeros del PC a que rompan con eso, a que vengan a construir una alternativa obrera y socialista; a los de Barrios de Pie y Libres del Sur, a que rompan con el gobierno que se entregó al imperialismo en la causa Amia y que actúa como comisionista de los grandes contratos de obras públicas. Los que acusan al Partido Obrero de sectario lo hacen porque han renunciado a la independencia política de la clase obrera y pretenden construir alianzas políticas en el terreno del enemigo de clase de los trabajadores —el democratismo burgués, el reformismo y el colaboracionismo de clase.

Construir una alternativa obrera y socialista es exigir a la CGT y a la CTA un plan de lucha de conjunto por las reivindicaciones sociales, laborales y ambientales, y organizar, sobre esta base, a todos los activistas, como lo estamos haciendo en los principales centros industriales del país.

La cuestión electoral y la cuestión del poder

Desde el palco de este gran Pic-nic, llamo a las organizaciones del PO, a sus amigos y simpatizantes, a que discutan cómo desarrollamos una acción política dirigida a las mujeres y hombres activos del movimiento popular y a sus organizaciones para romper con el régimen capitalista y su Estado y construir alternativas obreras y socialistas, municipio por municipio, distrito por distrito y provincia por provincia, para ir a una campaña electoral en la que arrasemos a los candidatos patronales, oponiéndoles una construcción diferente en términos de clase, en términos sociales, en términos históricos, no para cambiar el collar con el que nos estrangula el capitalismo sino para terminar con los collares, para establecer un gobierno de los trabajadores. Una acción política en cada lugar de trabajo y sindicato por sindicato, porque tiene que ser una alternativa con fisonomía obrera y con programa y conciencia socialista. Tenemos necesariamente que ver el año 2007 como el año del desafío para dar un gran salto político de las fuerzas socialistas y revolucionarias.

Mirando el 2007, advierto que nuestro Partido Obrero no está llevando adelante la política que votó el Congreso del PO en el mes de agosto, o sea salir a construir una alternativa obrera y socialista mediante el reagrupamiento de fuerzas que se desarrolla potencialmente como consecuencia del conjunto de la crisis y de las contradicciones del gobierno kirchnerista y sus seguidores ‘nacionales y populares’. Naturalmente, hemos asumido todas las responsabilidades de las luchas, sea con los compañeros del Francés, sea con los compañeros de Atento, con los desocupados y petroleros de Santa Cruz y Neuquén, con la Fuba, con todas las luchas del movimiento obrero, de los ambientalistas en San Lorenzo y Rosario, con las movilizaciones contra Romero por el crimen de Liliana Ledesma en Salta, combatimos contra el secuestro de compañeras en Santiago del Estero, estamos al pie del cañón de la lucha docente desde Chaco a Buenos Aires… Somos el partido que está al frente de todas las luchas. Pero sobre esta base, el PO existe para dar una alternativa estratégica a los trabajadores —para tomar el poder.

Si un partido que se considera revolucionario no plantea agudamente la cuestión del poder, cuando ese mismo partido dice que el imperialismo yanqui se desmorona en Medio Oriente, enfrenta una contradicción. Si el imperialismo yanqui se desmorona en Medio Oriente, tenemos que desarrollar las condiciones para dar una paliza a los Macri, a los Lavagna, a los Binner, a los Kirchner, y a toda la centroizquierda, burguesa y oficialista, o sea para conquistar nuevas posiciones que nos permitan ampliar en forma decisiva la propaganda, agitación y organización. El carácter crítico de este discurso, refleja, en primer lugar, un método, que es el método del Partido Obrero. El PO sigue una enseñanza que fue formulada hace 150 años: la actividad política socialista significa que la clase obrera tome conciencia de la situación histórica que esta viviendo, porque la parálisis de la clase obrera o su lucha fragmentada es el resultado de una conciencia inadecuada de la situación que está viviendo. Si tiene la conciencia de la situación que está viviendo, la clase obrera crea la capacidad de acción para conquistar la victoria. Es un proceso histórico, no hay ninguna receta artificial. Hemos expuesto las condiciones históricas del momento, para que la clase obrera tome conciencia de ella y saque las conclusiones. Esta tarea es una tarea de partido, no puede ser dejada al azar. Le señalamos a la clase obrera la tendencia a un derrumbe internacional del imperialismo yanqui, como consecuencia del fracaso de sus guerras y de nuevas crisis económicas; que ese desmoronamiento engendra nuevas violencias, crisis y guerras; que es mentira que en estas condiciones pueda haber gobiernos estables, mucho menos capaces de encarar las necesidades populares prioritarias; que ese desmoronamiento tiende a crear una suerte de vacío político general, una transición (…). Por esta razón, los que creyeron que habían encontrado, por fin, al gobierno nacional y popular de sus sueños, se han desengañado, lo mismo les ocurre a los que se han trazado un rumbo parlamentario democratizante. A los que entran en contradicción con esta experiencia fracasada, los llamamos a construir, municipio por municipio, provincia por provincia, una alternativa obrera y socialista.

Por ese motivo, nuestro partido, consciente de la situación en que vivimos y consciente de las limitaciones que se manifiestan a la hora de llevar adelante esta orientación, va a convocar al congreso nacional a corto plazo. Vamos a discutir todo el problema de nuevo. Pero, repito, si el imperialismo se desmorona en Medio Oriente; si en el mundo se va creando un vacío de poder, una gran transición histórica; si esto es así, tenemos que decir las cosas como son y desarrollar una acción política hacia las masas explotadas y sus organizaciones actuales, que relacione las necesidades inmediatas con la estrategia del momento; en el marco de una fuerte tendencia a una crisis de poder, planteamos una acción política para conquistar un peldaño político que amplíe el radio de acción de una propaganda y agitación socialista; y de este modo preparar las condiciones de la victoria.

La lucha política es un asunto serio, porque es el problema de las masas y el problema del destino de nuestras familias. Nosotros denunciamos en forma implacable a los enemigos de las masas, de todo el arco político, y con la misma pasión sometemos a la crítica nuestra propia acción, y vamos hacia adelante.

Gracias, compañeros.

Jorge Altamira