Partido

10/11/2005|924

PARMALAT | Pongamos fin al vaciamiento

QUE PASE A MANOS DE LOS TRABAJADORES

La situación ya no da para más. Cada día que pasa es un paso más en el vaciamiento de la empresa.

La producción como tal ha dejado de existir. Chascomús está totalmente paralizada y Pilar se reduce a una producción insignificante, fabricando algunos productos lácteos sueltos y cumpliendo, con la poca materia prima, encargos de terceros, como los pedidos de leche en polvo realizados por Molfino.

La política de Taselli es promover la desmoralización y el desgaste de los compañeros que están sin hacer nada durante todo el día y se dan cuentan de que avanzamos inexorablemente a un final. La burocracia, tanto el Consejo nacional como de Capital, está enfrentada entre sí, pero ambos coinciden a la hora de oficiar de cómplices de la política patronal. Ambos bandos llaman a aceptar la indemnización del 180 por ciento que propone la patronal, que, encima, es tramposa, porque esa suma no sería entregada al contado sino en cómodas cuotas y hasta un máximo de 30.000 pesos. Unos 90 compañeros de Chascomús sobre un total de 200 habrían aceptado la oferta, aunque no ocurrió lo mismo en Pilar, donde Taselli se tropezó con una negativa de la planta.

En Pilar es donde se concentra el foco de resistencia, aunque está todavía concentrado en el sector más dinámico y activo de la planta, que es el que impidió que fueran retiradas algunas máquinas, incluido el desarme de la maquinaria encargada de fabricar los envases. Importa señalar un hecho que no es menor: es que, hasta ahora, la totalidad de los trabajadores siguen cobrando sus salarios, de modo que hay que ver qué es lo que sucede en el momento en que Taselli pretenda avanzar en este punto. Por lo pronto, ante el menor amago que hizo la empresa, y se produjo el atraso de los salarios, eso desató la inquietud general y motivó asambleas y un paro general en Pilar, que se prolongó hasta que la empresa se puso al día.

Lo que está claro es que estamos frente a un desenlace inminente. Taselli no está en condiciones ni interesado en reactivar Parmalat. Su presencia es un obstáculo para sacarla adelante. Sus planes, a lo sumo, se reducen a transformarla en una procesadora de leche en polvo, lo cual no es ninguna garantía para los trabajadores que se mantengan en la empresa, como lo prueba Aceros Zapla, el ferrocarril Roca y antes el San Martín o Río Turbio, en donde no hizo las inversiones necesarias, se tragó los subsidios y trabajadores y usuarios pagaron hasta con sus vidas el precio del vaciamiento y de los negociados.

Es necesario, antes de que sea tarde, poner fin a esta sangría. Taselli se tiene que ir. Los trabajadores tienen que hacerse cargo de la empresa, poniendo en marcha un plan de reactivación que permita que la variada gama de productos de la empresa llegue nuevamente al público. Para ello, es necesario exigir que el Estado la expropie y se haga cargo del financiamiento para hacer realidad este proyecto.

La expropiación y la gestión de los trabajadores está a la orden del día.

Pablo Heller