Partido

8/5/2008|1036

Perón y el campo

Es verdad que Perón "hizo algo más que hablar sobre el latifundio"? ¿Que tomó "medidas tales como la expropiación de cientos de miles de hectáreas a terratenientes como Patrón Costas de Jujuy o los Pereyra Iraola"? ¿Qué "dio nacimiento a colonias al dar en propiedad miles de hectáreas a pequeños chacareros, tanto mediante préstamos del Banco de la Nación Argentina como a través de expropiaciones"?

¿Qué contrasta "esa política con la que hoy aplica el gobierno ‘peronista"? Todas las citas son de Alternativa Socialista (Nº 473, 16/4) que, según parece, ha decidido reconvertirse al peronismo y agraviar a su fundador, quien en su época se empeñó en demostrar todo lo contrario.
Al momento de plantearse la campaña electoral, Perón convocó a dos reconocidos partidarios de la reforma agraria (Birabent y Molinari) y los colocó virtualmente a cargo del Consejo Agrario Nacional (CAN, fundado por el gobierno conservador en 1940), "porque siento que ahí está la revolución".1 El 7 de diciembre de 1945, el diario Democracia anunció en tapa que el CAN había resuelto expropiar un millón de hectáreas en la Puna de Atacama, propiedad del terrateniente Patrón Costas, una promesa que Perón repitió en San Salvador de Jujuy. Pocas semanas antes de las elecciones de 1946 pidió a Molinari "alguna medida espectacular" y anunció, en una concentración de agricultores en Gualeguaychú, la expropiación de un latifundio denominado El Potrero, cuatro propiedades de Concepción Unzué de Casares, María Unzué de Alvear, Delia González de Pereyra Iraola y Martín B. Gómez Alzaga que sumaban 25.000 hectáreas. Era, en palabras de Perón, la oportunidad para que "una gran cantidad de colonos realicen su viejo sueño de la tierra propia".

Antes de la elección, el 17 de enero de 1946, el entonces presidente Farrell firmó el decreto de expropiación de las tierras de Jujuy. Un mes después, apenas producido el triunfo electoral de Perón, el CAN, a iniciativa de Molinari y Birabent, resolvió la expropiación del latifundio El Potrero y de otro llamado Rincón de Estregamou, en Salto (provincia de Buenos).

¿La reforma agraria estaba en marcha?
Las tierras prometidas a los pobladores de Jujuy jamás fueron expropiadas: "cuando se firmó el decreto el engaño estaba en marcha… ese mismo año el Consejo Agrario Nacional pasó a depender del Banco de la Nación, dirigido por ‘apellidos’ contrarios a la expropiación. Ellos demoraron la concreción de las expropiaciones e incluso la autorización para depositar un cheque que ya estaba firmado". Una movilización de campesinos y arrendatarios indígenas del norte se hizo presente en Buenos Aires para reclamar el cumplimiento de la promesa, pero "cuando se fueron los fotógrafos y las fiestas de recepción se apagaron, el Estado argentino mostró su verdadero rostro. El 27 de agosto decidió el regreso de los kollas. Fuerzas de la Prefectura obligaron a los indígenas a embarcarse en un tren por orden del gobierno… A medianoche llegó al Hotel de Inmigrantes la Policía Federal, arrojando gases lacrimógenos, mientras los indígenas resistían al grito de "Perón, Perón!".2

Quedaron en pie las expropiaciones de Entre Ríos y Salto, pero una vez instalado en el poder, Perón disolvió el CAN y abandonó toda demagogia sobre la reforma agraria. "Yo lo convencí a Perón de que expropiar estancias es un error y que el minifundio es más peligroso. Meses después, en el Teatro Colón, repitió mis palabras a los agricultores reunidos. También lo convencí a Mercante de rectificar el disparate aprobado en la Legislatura de la provincia de Buenos Aires, cuando se expropió la cuarta parte de más de 30 estancias de Lincoln y 25 de mayo".3 El testimonio es de José Alfredo Martínez de Hoz, presidente de la Rural y padre del ministro de la dictadura.

El articulista del MST no se toma el trabajo de verificar la afirmación de Perón de 1948: "Hasta 1946 y durante toda la existencia del Consejo Agrario, sólo se habían entregado… 53.000 hectáreas de tierra. Durante los años 1947 y 1948 nosotros hemos entregado ya 200.000 hectáreas".4 Antes de 1945, el CAN había adquirido por compra, transferencia de organismos y expropiaciones pagas 226.659 hectáreas, más de lo que exhibía Perón en sus dos años de gestión. En el 48 el CAN, por otra parte, había recibido su golpe de gracia "al no transferirle las tierras fiscales que se encontraban bajo administración de la Dirección de Tierras y retacearle los fondos para su funcionamiento".5

El 17 de agosto de 1947 Perón y Eva Perón son vitoreados en la exposición de la Sociedad Rural. La reforma agraria tiene su responso final en 1950, cuando Perón denuncia al Estado como "primer latifundista".

Los arrendamientos

¿Y la política de Perón hacia arrendatarios y aparceros?

No fue Perón, sino el último gobierno de la ‘década infame’ el que propició la ley 12.771 "de reajuste de arrendamientos agrícolas (194l). Según la literatura nacionalista, esta ley fue la llave maestra del acceso a la tierra para miles de chacareros al congelar el monto de los arrendamientos y suspender los desalojos de los campos. No es así. Del 37 al 44 las exportaciones de granos cayeron en volumen y valor en un 63%, "en tanto las exportaciones de carne se mantuvieron y aún crecieron en volumen pero sobre todo en precio… la falta de barcos impedía exportar cereales".6 Se planteaba la amenaza de una caída de los valores de los arrendamientos. La ley de 1940, proveniente no por casualidad de un gobierno conservador, fijó un piso a esta caída.

Pero, finalmente, ¿cuál fue el saldo del congelamiento de los arrendamientos? Digámoslo con las palabras de un especialista reconocido, que fuera funcionario eminente del último gobierno peronista: "muchos arrendatarios y aparceros…ante los bajos precios agrarios se vieron casi compelidos a explotaciones cada vez más extensivas, que ocupaban menos gente y producían menos por hectárea… aunque se alargó la permanencia de los productores en el predio, reinó siempre la misma sensación de incertidumbre ante cada vencimiento de los plazos legales, y subsistieron casi todas las trabas para una explotación menos extensiva y más diversificada".7

Es curioso que los renacidos apologistas del peronismo traigan a cuento las expropiaciones que no se produjeron y la crisis de los arrendamientos, pero no se refieran a una ley importante de Perón: el estatuto del peón rural. La razón es obvia: están buscando antecedentes para apoyar al capital agrario, no al proletariado explotado por este capital.

Christian Rath