El viernes 20 se realizó la movilización convocada por la Conadu Histórica, la Fuba y otras federaciones regionales universitarias, centros de estudiantes de todo el país y los estudiantes secundarios. Fue la más masiva de los últimos tiempos; según La Nación (21/5) hubo 10 mil personas. Culminó una semana de luchas, con ocupación de los colegios secundarios y facultades, el parazo de 72 horas de los docentes universitarios y los cortes de calle. Fue un frente único de todos los sectores educativos en lucha y sirvió para convocar a las representaciones nacionales del movimiento estudiantil universitario. La culminación de la movilización en Plaza de Mayo —a diferencia de Ctera, que la limitó al Congreso— muestra la conciencia de que el gobierno nacional impulsa la destrucción de la educación y la universidad pública.

Congreso Nacional Universitario

Al día siguiente de la movilización se realizaron el II Congreso Universitario contra la Ley de Educación Superior y el Plenario de Secretarios Generales de la Conadu Histórica para profundizar la huelga general.

El Congreso Universitario fue realmente masivo: más de 1.000 estudiantes de todo el país representaron a las federaciones regionales opositoras a la conducción de la FUA, en centros de estudiantes dirigidos por la izquierda, y a agrupaciones estudiantiles. Los estudiantes secundarios participaron plenamente y organizaron una comisión propia. Lo mismo sucedió con los estudiantes terciarios. La UJS aportó una concurrencia superior a los 300 compañeros.

El Congreso concentró su atención en cómo continuar el plan de lucha por la triplicación del presupuesto educativo, la anulación de las leyes educativas menemistas, el ingreso irrestricto, el aumento salarial y la satisfacción del pliego rei vindicativo de los estudiantes secundarios.

En este punto se generó un importante debate sobre el curso a seguir. Para un sector de grupos independientes, las movilizaciones actuales tienen un sentido testimonial, por lo cual el plan de lucha debía concentrarse en una medida de fuerte impacto para el mes de septiembre. La UJS, por su parte, consideró que la lucha educativa viene creciendo fuertemente y que pasar a una “medida fuerte” en septiembre equivalía a darle al gobierno casi cuatro meses de tregua. Que las movilizaciones y ocupaciones estaban incorporando a nuevos sectores a la lucha. Planteamos que “los docentes que no cobran o que reciben salarios miserables no quieren esperar a septiembre, que los estudiantes a los que se les cae el colegio no quieren esperar a septiembre, los universitarios que son expulsados de las facultades mediante los exámenes de ingreso no quieren esperar a septiembre”. Mocionamos que el Congreso tomara en sus manos el plan de lucha de la Conadu Histórica, impulsando cortes de calle, movilizaciones y ocupaciones, y realizar un nuevo Congreso al inicio del segundo cuatrimestre.

Plan de lucha

El Congreso resolvió impulsar el 31 de mayo una jornada nacional de cortes de calle en todo el país. Del 7 al 9 (paro de 72 horas de la Conadu Histórica), ocupar facultades y realizar cortes de calles. El 22 de junio, en el marco del paro de 96 horas de la Conadu Histórica, movilizaciones en todo el país. En la Ciudad de Buenos Aires se resolvió una movilización y un aguante de 24 horas frente al Ministerio de Educación. Los estudiantes secundarios, por su lado, resolvieron tomar este plan de lucha y realizar una movilización en todos los lugares del país el 10 de junio. El Congreso indudablemente fue un paso adelante y un centro político para impulsar la lucha educativa.