Partido

11/12/2008|1067

“¡Que viva el Pic-nic!”

Entrevista a Andrea Prodan, de Romapagana

Vienen de una serie de presentaciones. ¿Qué material están presentando?

– Nosotros creemos que la musica ‘en vivo’ nos da vida. Nos carga las pilas, día a día. Estamos con los detalles finales de nuestro primer disco, que nos da seguridad y enfoque cuando llegan los shows… nos ayuda a reconocer nuestra identidad. Pero, diría que el ‘recital’ tiene la emoción de la obra de teatro, mientras que el disco nos permite la abstracción del cine, es más contemplativo.

¿Qué los lleva a tocar en apoyo a luchas del movimiento obrero?

– Desde niño he considerado extrañamente injusta la falta de agradecimiento común, de respeto y reconocimiento que ‘el obrero’ cosecha en las sociedades post-industriales occidentales. Nuestras ciudades, rutas, bancos y rascacielos han sido costruidos por personas, con su sudor, esfuerzo y también altruísmo.

Romapagana es una banda que va a ‘trabajar’… aunque para nosotros este trabajo, este sudor y este delirio es puro placer. Tocar en una banda puede ser un hermoso microcosmos de un sistema de trabajo ‘en equipo’. Somos afortunados. Elegimos nuestros ruidos. No tenemos que trabajar entre máquinas industriales que sólo producen bienes para gente de otro alcance económico. Y recortamos un espacio de protesta y pensamiento que se mezcla con el placer y el poder de la musica. El rock todavía tiene una función importante en la sociedad, aunque intentan castrarlo con infinidad de armas, ‘festivales’ y tentaciones infantiles.

¿Cómo se suman a nuestro Pic-nic? ¿Desde qué lugar?

– ¡Que viva el Pic-nic! Vamos a tomar el día como viene. Botellita de vino, pebetes varios, empanadas y oportunidad de compartir nuestro rock no sólo con espectadores que no nos conocen y que vamos a conocer, sino también con nuestras familias y, en mi caso, hijos, que tantas veces no pueden ir a vernos por culpa de la hora, el ruido del boliche nocturno, etc.

Estamos curiosos de pasear un poco por las múltiples actividades del Pic-nic, ya que cuando la gente se expresa trayendo lo que quiere y sabe hacer para compartirla espontáneamente, es ahí que se dan los mejores momentos de la vida. ¿o no?

Volver a los placeres simples y de la comunidad. Esta es la receta. Variedad…, pero ‘con onda’, che!