Partido

12/4/2012|1217

Querida Martita Pérez

¡Hasta la victoria siempre!

Para quienes la conocimos y compartimos nuestra militancia con ella, era Martita -aunque hubiera pasado holgadamente los 70 años de edad. En la madrugada del 31 de marzo, dejó de luchar contra el cáncer que se la llevó en poco tiempo. Estaba en su departamento de Saavedra, acompañada por su hija y sus nietas, quienes luego nos contaron que se fue en paz, casi con una sonrisa.

Fue una enorme luchadora en la vida y en la militancia. Trabajó prácticamente hasta que la enfermedad la abatió, porque tenía que complementar la miseria de su jubilación. No se perdía una reunión ni ninguna actividad del Partido: su compromiso era completo. Leía apasionadamente la Prensa Obrera y -cuando ya no se podía mover- lo que más nos agradecía era que se la lleváramos.

Tuve el gusto y el honor de conocerla e incorporarla al Partido hacía fines de 1990. Estuvo entre las fundadoras del primer local que tuvimos en el barrio de Saavedra, en García del Río y Plaza Norte, frente a la estación.

Venía de una larga militancia en el MAS. Siempre me llamó la atención el cariño con el que se acordaba de sus compañeros de militancia en aquel partido con el cual había roto políticamente. También era así, cariñosa, con nosotros sus compañeros y, sobre todo, con sus hijos y nietas. Martita era una dulce, pero de un carácter firme, el cual muchas veces manifestaba al reclamarnos que le asignáramos responsabilidades, no dudaba en venirse desde el local central con el paquetón de prensas y era quien más se preocupaba para que el local estuviera aseado y provisto de las cuestiones más elementales (desde vasos y servilletas hasta el ventilador), a las reuniones, invariablemente, venía con su provisión de galletitas y gaseosas.

Martita seguirá estando con nosotros, tanto que pensamos bautizar nuestro local de Saavedra con su nombre, el de la que fue una revolucionaria socialista hasta su último momento: Marta Pérez.