DEL FRENTE KIRCHNERISTA

En lo que parece una verdadera estampida, varios diputados elegidos en la lista kirchnerista “Unidos por la Victoria” anunciaron su paso al bloque romerista. Otros, sin abandonar todavía el bloque, reclaman un acuerdo Kirchner-Romero. Al mismo tiempo, dos concejales kirchneristas de Salta Capital se comprometieron a votar al candidato de Romero para el Concejo. Todo esto ocurre pocos días después de las elecciones; antes, el kirchnerismo había logrado meter una diputada propia en las listas de Romero.

“Unidos por la Victoria”, detrás de una fachada opositora (e incluso anti-romerista), hizo una importante elección. Pasado el recuento de votos, el kirchnerismo parece reintegrarse al régimen romerista. Concurren intereses económicos comunes: la defensa del negocio petrolero, del Banco Macro (que acaba de apoderarse del sistema bancario de Tucumán, gobernada por el kirchnerista Alperovich), de la reactivación del Ferrocarril Belgrano (con Macri y, cuando no, también el Macro). En este cuadro, el “frente cívico anti-romerista” que proponen algunos de los dirigentes de “Unidos por la Victoria” parece, más que nada, un operativo de encubrimiento de la reintegración de kirchneristas y romeristas.

Todavía no asumieron y ya consumaron una estafa política.