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1/9/2005|915

SANTIAGO DEL ESTERO | Al rescate de la curia podrida

Ante los acontecimientos en Santiago del Estero, los medios locales y nacionales han victimizado al ex obispo Maccarone.

Es entendible que el frente multisectorial salga en defensa del cura Maccarone, pues en su seno se encuentran organismos clericales como la Democracia Cristiana, representada por Gustavo Yocca. Este sector dice que el ex obispo es una víctima del poder económico local, más precisamente el Grupo Ick. También el convencional por el MST-Teresa Vive, Mario Castillo, salió en defensa de Maccarone, agregando que es también víctima del juarismo.

Salen así en defensa de la misma Iglesia que pretende la eliminación de los planes sociales y que condena a las mujeres a meterse dentro de cuatro paredes para evitar su organización. La misma Iglesia que condena el aborto y el reparto de preservativos.

Es la misma Iglesia que ha vetado el tratamiento de estos temas en la Constituyente santiagueña que está en curso, y la misma que dice defender a los campesinos, pero que se ha opuesto a que la Constituyente debata la reforma agraria y la cuestión del agua de riego.

Luego de la experiencia de gobierno del interventor Lanusse con Maccarone, los aparatos oficiales y para-oficiales de los servicios de Estado siguen vigentes en el territorio provincial. Mientras la Intervención federal y el gobierno actual de Gerardo Zamora prometían el desmantelamiento de las fuerzas represivas y servicios de inteligencia, los mismos siguen actuando al servicio del poder político y del grupo económico Ick. En el Santiago del Estero de Kirchner, Zamora y el propio Maccarone, sigue vigente la impunidad, como lo demuestra la libertad que gozan los asesinos del doble crimen de la Dársena, la persecución y el apriete que reciben los testigos del caso, y la represión que sufren los campesinos que defienden sus tierras. El ex obispo Maccarone ha sido víctima de sus propias contradicciones. De las contradicciones de su ideología confesional y de las contradicciones de su política de apoyo a la Intervención y al gobierno de Kirchner. Ante la conciliación de clases de los sectores que se declaraban luchadores y de izquierda, el Partido Obrero declara:

• Expropiación del pulpo Ick y que sus empresas pasen a ser gestionadas por los trabajadores, en particular el Banco de Santiago.

• Rechaza todo apoyo político al ex obispo Maccarone, pues sería un apoyo al régimen político vigente, un apoyo a la duplicidad moral y un apoyo al clericalismo.

• Exige la disolución de los aparatos oficiales y para-oficiales.

• La disolución del aparato represivo.

• La creación de una comisión independiente contra la impunidad.

• El reconocimiento constitucional del derecho al aborto, la enseñanza laica y científica, y la educación estatal y gratuita hasta los 18 años.

Nicolás Basualdo, Convencional Constituyente del Partido Obrero