El anteúltimo día del año nos trajo la triste noticia del fallecimiento del compañero Raúl Medrano, el viejo Raúl, el compañero que cuidaba nuestro depósito.

Desde la crisis de 2001, fue un soldado del PO, ya que encontró en nosotros un lugar de pertenencia en el marco de la enorme crisis social que lo dejó en la calle. Y nosotros en él, a un compañero invalorable.

Fue el hombre que aprendió a querer al Polo, así como el Polo aprendió a quererlo a él en la tarea cotidiana de atender el depósito; recibir a los compañeros de las pegatinas a cualquier hora de la madrugada; estar siempre en las campañas electorales al pie del cañón, recibiendo y entregando los materiales, siempre con un mate, una sonrisa y con la respuesta a flor de labios cuando alguien le preguntaba “¿cómo estás, viejo?”. “20/20”, respondía invariablemente.

Fue parte del equipo de Sasetru que defendió el predio y su puesto de guardia con fervor, enfrentando a los que quisieron atacar la fábrica.

En cada picnic, en cada acto, en cada movilización, marchó con el PO y fue comprendiendo, a su manera la necesidad de construir el Partido.

Los compañeros del depósito, los militantes que lo conocimos, vamos a extrañar sus tangos a viva voz, sus mates a cualquier hora. Lo vamos a extrañar mucho.

El Partido y el Polo Obrero te van a extrañar. Querido Raúl, ¡hasta la victoria!