La historia del Partido Obrero de Santa Cruz está jalonada por el aporte de nuestro compañero Antimán.

Desde 1983, Su casa fue una de las primeras sedes partidarias. Ya para ese tiempo, trayendo una experiencia de lucha de su Chile natal, había organizado la Junta Vecinal del Barrio Belgrano Viejo en Río Gallegos. En los años 80 y 90, fue uno de los líderes de las luchas que conmocionaron la ciudad y triunfaron contra los tarifazos del gas de Alfonsín primero y de Menem después.

Jubilado como obrero municipal, se trasladó al barrio San Benito, donde formó una Asociación para reclamar a las autoridades la instalación de los servicios. Años de lucha más tarde consiguieron el gas, el agua y el transporte público. Venía peleando hace muchos años con una tremenda enfermedad que a veces  lo postraba, pero siempre, hasta el último viernes antes de su partida, cuando compartió un debate sobre la reforma laboral, manifestó su fidelidad al socialismo y al Partido Obrero.

Quiso el destino que sus restos fueran enterrados ante una enorme presencia de vecinos, en una tumba común como corresponde a un obrero, pero justo enfrente del mausoleo gigantesco que guarda los restos de Néstor Kirchner en el cementerio de Río Gallegos.

La diferencia es abismal…

Al lado de la enorme integridad de nuestro compañero, el mausoleo quedó chico…

Hasta la victoria, Demesio…