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8/5/2008|1036

Skanska: los K hasta el pescuezo

Las tres constructoras que participaron en las obras de ampliación de gasoductos organizada por el Ministerio de Planificación recibieron pagos adicionales por 24 millones de pesos, más de la mitad del presupuesto original. Los pagos fueron autorizados y realizados entre octubre y noviembre de 2006, a pesar de que para esa época la sueca Skanska (una de las que cobró los adicionales) había reconocido haber utilizado facturas truchas para pagar sobornos a funcionarios del área.

La información sobre estos pagos "adicionales", publicada por Clarín (4/5) se suma a la larga lista de "irregularidades" del caso Skanska. Esto no ha impedido, sin embargo, que la investigación de los funcionarios procesados esté totalmente paralizada. Por el caso Skanska debieron renunciar Fulvio Madaro (presidente del Enargas, que fue "reciclado" a la Aduana) y Néstor Ullóa, de Nación Fideicomiso, encargado de la administración de los fondos de la ampliación de los gasoductos. El negocio pertenece al área de De Vido y compañía.

El presupuesto original de las obras era de 37 millones; se terminaron pagando 106 millones; casi el triple. Ni la confesión de la propia Skanska de haber utilizado facturas truchas para pagar sobornos por más 18 millones de pesos (cuya "contrapartida" eran los propios sobreprecios y "adicionales" recibidos por la empresa) lograron que la justicia acelerara las investigaciones.

En el ‘affaire’ Skanska la camarilla oficial está metida hasta el pescuezo.

L. O.