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17/4/2008|1033

Sobre la producción pública de medicamentos

La producción de medicamentos y su comercialización es uno de los negocios más fabulosos de los sectores más concentrados del capital internacional, de características monopólicas, controlado por industrias farmacéuticas transnacionales por medio del dominio de las patentes, el secreto industrial y tecnológico, y el mercado.

La modificación de este cuadro general a favor de una producción y distribución al servicio de las necesidades sanitarias de las grandes mayorías, sólo puede lograrse mediante la quiebra de ese dominio capitalista monopólico, colocando la producción farmacéutica bajo control de los trabajadores. Una ecuación que sólo puede resolverse en el marco de una gran movilización social, que enfrente los intereses de las industrias que extraen sus beneficios del negocio de los medicamentos.

Desde Tribuna de Salud sostenemos que la producción estatal de medicamentos es indivisible de una política que enfrente los intereses de las industrias farmacéuticas nacionales y extranjeras, desconozca las protecciones establecidas por las leyes de patentes, asegure la provisión de puestos de trabajo para su producción, posea financiamiento presupuestario irrestricto, asegure la biodisponibilidad y la bioequivalencia de sus productos, garantice todas las necesidades de la población del país, y dirigida por un comité científico integrado por representantes de los claustros docentes, de los laboratorios de las universidades estatales del país, profesionales y técnicos de la salud, bajo control de los trabajadores.

Cualquier propuesta que evada esta caracterización y abogue por un enfoque posibilista, de medidas parciales y producciones "nacionales", más o menos alejadas de la tecnología de punta y de la producción industrial a escala, cae en la demagogia.

El objetivo no se logrará sin modificar las relaciones de producción y propiedad existentes.

Intentos de esa índole terminan indefectiblemente en los límites del atraso científico, tecnológico y productivo, no superando alguna producción limitada e insuficiente.

No se puede reproducir "entrecasa" todo el ciclo de desarrollo científico y tecnológico que llevó a la producción moderna de medicamentos.

El conocimiento y la tecnología, que son patrimonio de la humanidad y no de las empresas capitalistas, hay que ir a buscarlos a donde realmente están.

Luis Trombetta (Tribuna de Salud)