Es indudable que el análisis (se refiere al artículo Por una seccional gremial para el Subte, publicado en Prensa Obrera 975)
reviste una estrategia por la recuperación de la organización gremial, para ponerlo al servicio de los trabajadores y sus luchas. En este contexto, el debate debe ser minucioso y elevado al contexto más general del gremio.

Los estatutos de la UTA no sólo son proscriptivos, sino también excluyentes. En los mismos, como plantea el artículo de Prensa Obrera N° 975, sólo permite la constitución de una Seccional a 70 km de distancia. Pero no está contemplado la posibilidad de que Buenos Aires tenga su propia Seccional. Es así que la conducción Nacional de la UTA es la única representante legal ante el Ministerio y la patronal de cualquier empresa de transporte. Los cuerpos de delegados no tienen mandato para firmar acuerdos entre partes. Los cientos de miles de trabajadores que trabajan en Capital y todo el Conurbano bonaerense, para tener una representación sindical de primer orden tienen primero que ganar la conducción nacional. Por eso, a pesar de contar con una cantidad de compañeros activistas y delegados que están enfrentados a la actual conducción de UTA, no fue posible conformar una lista de oposición en las últimas elecciones, porque para ello hay que presentar candidatos que representen a distintas seccionales del interior.

Este es el mayor reaseguro con que cuenta la burocracia para mantener a la oposición que lucha, al margen de cualquier expectativa de ganar el sindicato. Ante esta situación, ha diseñado una prolija política de cooptación del activismo, y la completa atomización del gremio. Por ello, no es completamente desestimado por la UTA la posibilidad de que sustraiga del conjunto al Subte, donde no logró imponer a sus dirigentes, y le otorgue su propia seccional. Porque ello favorecería aún más la atomización.

Por ejemplo, otros gremios como el bancario tienen una fuerte seccional en Buenos Aires, y en varias ocasiones Zanola ha perdido la seccional a manos de otras corrientes burocráticas. En Córdoba, la seccional de la UTA ha sido ganada también por corrientes enfrentadas al oficialismo. Esto es lo que Fernández, y antes Palacios, quieren evitar, cuando se niega la posibilidad de elegir una seccional en Buenos Aires. Por ello, un planteo superador sería lanzar una fuerte campaña para exigir, la constitución de la Seccional Buenos Aires de la UTA, la derogación de los estatutos y la libre elección sin proscripciones.

Oscar B. (Círculo UTA Morón)