Esperaba que el periódico de la semana pasada reflejara en su tapa el tema de los aumentos de precios (en medio del circo político de Bielsa, Patti, etc.). Creo que hubiera impactado en las mesas en supermercados, donde estamos regularmente. Tema que hasta ameritaba, a mi modo de ver, el llamamiento a un cacerolazo contra los aumentos (algo se habló en el Polo). Pienso que hubiera sido buen material para los megáfonos, y nos hubiera ganado la adhesión de los vecinos que andan todos con cara de culo, pero no saben para dónde agarrar.

A mi juicio, el tema elegido —la organización de la mujer contra el Estado violador y sus ejecutores—, con ser importante, no era el crucial de la semana. O al menos no se lo formuló para que pudiera serlo. Es decir, no se logró encontrar el ángulo para hacernos visualizar o relacionar los problemas de conjunto. ¿O los capitalistas no son violadores del bolsillo popular, de la voluntad popular, etc.?

La tapa del N° 928 la veo políticamente correcta, pero con una autolimitación de género del todo innecesaria. Así planteada le falta algo. Prefiero el Todos somos telefónicos, o el último sobre los pilotos, que relaciona su conflicto con el destino de todo el país. Por supuesto, hay que poder ponerlo en no más de cuatro palabras.

Por último, creo que tampoco se aprovechó la contratapa para instalar un segundo tema fuerte de la semana, con grandes titulares. Pienso que nuestros piqueteadores pueden sacarle mucho provecho a una mejor valorización de este lado del periódico.

Puma