El paro del "campo" ha producido un verdadero dislocamiento en el gobierno tucumano. Por un lado, en la primera semana del conflicto renunciaron el ministro de Producción (Paz) y el de Turismo (Zavalía). Ambos habían sido presidentes de la Sociedad Rural de Tucumán. La renuncia de estos dos funcionarios arrastró la de funcionarios menores, secretarios, subsecretarios, etc.

Alperovich impulsó una declaración de la Legislatura para aprobar la política del gobierno nacional. Pero esa sesión, y otros intentos posteriores, se cayeron debido a la división de los legisladores oficialistas, entre los que apoyan al gobierno K y los que apoyan al "campo". "Cerca del 70% de los legisladores oficialistas tienen campos y se dedican a cultivar caña, arándano, citrus, soja, poroto y trigo" (El Periódico, 29/3). La crisis agraria ha disgregado a parte del gobierno y peligra su dominio, hasta ahora indiviso, de la Legislatura.

Mientras tanto, los problemas fiscales han comenzado a aflorar. El gobierno ha tenido que pedir una ayuda cercana a los 400 millones de pesos al gobierno nacional para afrontar los compromisos de la deuda en 2008.

Esto recién comienza.

Daniel Blanco