Este nuevo 1° de Mayo ofrece una oportunidad extraordinaria. Que en la Plaza de Mayo y en todos los centros políticos del país, miles y miles de trabajadores nos movilicemos unitariamente por la defensa de nuestros reclamos más sentidos.

Una oportunidad extraordinaria para colaborar con el triunfo de las rebeliones populares que encabezan los docentes en Neuquén y en Santa Cruz.

Es que la lucha docente no se doblega.

En Neuquén, el represor Sobisch está en el banquillo de los acusados. La consigna “Fuera Sobisch” gana, cada vez más, el apoyo de la población.

En Santa Cruz, la docencia y los trabajadores del Estado empiezan una nueva huelga, esta vez de 96 horas, para terminar con los básicos de 161 pesos y expulsar a la Gendarmería de los colegios.

La exigencia de un salario mínimo igual a la canasta familiar se convierte en una bandera de lucha de los trabajadores.

Lo saben el gobierno y la burocracia sindical, que tratan de cerrar las paritarias con ‘aumentos salariales’ por debajo de la inflación.

Kichner, personalmente, se dedica a apretar a los sindicatos para que acepten el tope del 15%, en cuotas y como montos no remunerativos — en negro. Cuenta para esto con el servicio de los Yasky, los Zanola y los Moyano.

Las luchas populares que recorren el país han establecido una delimitación de campos muy precisa.

De un lado, los docentes en lucha, los trabajadores autoconvocados.

Del otro, las grandes patronales y los Kirchner, los Sobisch, los Romero, los Yasky y los Moyano.

Frente a esta situación planteamos: movilicémonos el 1° de Mayo en todo el país.

– Por el triunfo de los docentes.

– Por un salario igual a la canasta familiar.

– Para que se vayan los represores de Santa Cruz, Salta y Neuquén.

– Por la recuperación de los sindicatos y las organizaciones obreras.

– Por un gobierno de los trabajadores.