Políticas

16/1/1997|526

¡¡180.000 desocupados en el Gran Córdoba!!

El desempleo en el Gran Córdoba llegó a su registro histórico más alto, y colocó en ridículo a la propaganda oficial sobre el ‘crecimiento en el empleo’ por las ‘inversiones’ de la industria automotriz.Con el 18,8% de desocupación, y si se suma la sub-ocupación del 17,5%, estos es casi 180.000 trabajadores, Córdoba pasó a ‘compartir el liderazgo’ de las ciudades devastadas por el desempleo, junto a Mar del Plata, Tucumán, Bahía Blanca, Rosario y el conurbano bonaerense.


Ninguna provincia ha conocido un crecimiento tan brutal de la desocupación en tan poco tiempo. Según otros datos del Indec, entre mayo de 1994 y mayo de 1996 se destruyeron 78.244 puestos de trabajo, entre ellos los casi 14.000 empleos en el Estado provincial que se cobró el ‘ajuste’ de Menem-Mestre.


La naturaleza del ‘boom’ automotriz proclamado por funcionarios y empresarios a partir de la firma de los ‘convenios’ Fiat-Smata, ha quedado al desnudo. El régimen automotriz ‘argentino’ ha sido dictado por los grandes pulpos con el objetivo de instalar plantas de ensamblaje y ‘cabeceras de puente’ para importar piezas y unidades terminadas. La política del ‘auto mundial’, simbolizada en el ‘Palio’ de Fiat, consiste en derivar una parte cada vez mayor de la fabricación de los coches a subcontratadas, que producen piezas y subconjuntos dentro y fuera del país con salarios inferiores a los de las terminales, y condiciones de ‘ultraflexibilidad’(que significan menor ocupación de trabajadores). Como al mismo tiempo, las terminales tienen garantizado un inmenso cupo de importación de unidades terminadas (pueden importar vehículos por el monto de la inversión y de la exportación que declaren), casi la mitad de los coches que se venden en el país es traída de afuera por las propias terminales (48,5% en el primer semestre de 1996).


La importación es concebida como un medio para eliminar a la competencia ‘nacional’ y provocar una aguda concentración industrial. Esto explica que la política en curso, lejos de ‘crear puestos de trabajo’ los disminuye, cuestión que ha venido a confirmar la ‘incuestionable’ encuesta del Indec. Según un economista (Roberto Feletti), “el aumento (en la desocupación) puede explicarse por la fuerte expulsión de mano de obra que registró el sector metalmecánico a mediados del 96” (La Voz, 8/1).