Políticas

14/3/2013|1259

2013: La campaña en marcha

Las elecciones de este año serán mucho más que una simple renovación parcial de cargos parlamentarios. Lo demuestra, en primer lugar, el anuncio de la minera Vale de interrumpir sus actividades en Mendoza y Neuquén -un cimbronazo sobre 6.000 trabajadores. El pulpo minero exige, al igual que el capital nacional, una devaluación masiva y la libertad para repatriar dividendos. Aceptaría, transitoriamente, subsidios compensatorios. Por los mismos motivos están paralizadas las inversiones petroleras. Asistimos, en resumen, a un cuestionamiento estratégico del sistema económico K.


Este callejón sin salida tiene otro capítulo en la quiebra de las provincias, la cual se ha vuelto explosiva en Buenos Aires. Las huelgas docentes y estatales se desarrollan en el escenario del desquicio de hospitales y escuelas, de una grave crisis habitacional y de todos los servicios municipales, además de una severa crisis política con eje en los aparatos de seguridad -como se acaba de manifestar en Junín.


Los bloques en pugna


El kirchnerismo aspira a que las elecciones de octubre sean un plebiscito que habilite la re-reelección. Pero ese propósito fragmenta al FpV. Las zancadillas recíprocas con Scioli, Massa o De la Sota son cotidianas. Este último bloque no esconde su propósito de dar un viraje en materia económica, en atención a la presión de Vale y las petroleras. Podría producirse la ruptura del FpV, como la que ya ocurrió en 2005 entre Kirchner y Duhalde. Las combinaciones políticas que podría suscitar esta ruptura son numerosas.


Una novedad es la decisión de Solanas de aceptar como aliados desde la UCR hasta Carrió -claro que en torno de su propia candidatura a senador. En el plano económico, Pino sería la pantalla de un bloque que también pretende impulsar el cambio económico que reclaman los brasileños. Curioso -como ocurre en el resto de América Latina-, tenemos al Lula-petismo arbitrando el proceso político de Argentina. Las tratativas de Solanas con la UCR y Carrió han dejado a Proyecto Sur a las puertas de un estallido. Llamamos a la izquierda que ha venido haciendo seguidismo a liderazgos de contenido capitalista a romper con el FAP y Proyecto Sur, e incorporarse al Frente de Izquierda.


Dos variantes


En el campo político-electoral, el mundo asiste a dos variantes principales. En Europa se desploman los partidos tradicionales y existe (aunque no de modo uniforme) un avance de la izquierda, mientras en América latina se plebiscita el bonapartismo. Es lo que ocurrió en Venezuela, Nicaragua, Ecuador, lo que podría ocurrir en Chile este año y en Bolivia en 2014, así como ocurrió en Argentina después de la victoria de CFK en 2011.


Las elecciones de este año en nuestro país podrían ver una combinación de las dos variantes. El kirchnerismo no puede gobernar como lo venía haciendo. El intervencionismo creciente es un síntoma acelerado de que el esquema económico se derrumba. El oficialismo es una sangría de aliados: desde gobernadores hasta burócratas sindicales. La disgregación política en Europa podría producir, en un cierto tiempo, una respuesta de poder personal (bonapartismo); el poder personal en América Latina (el cual ya se asienta en una disgregación de los viejos partidos), por el contrario, podría sucumbir ante los desequilibrios económicos. La izquierda revolucionaria debe, mediante una campaña electoral intensa -ligada a la intervención en las crisis y en especial en las luchas crecientes-, abrir una brecha importante y salir en forma definitiva de una marginalidad relativa. Por eso, nuestro partido ha planteado comenzar esta campaña político-electoral desde noviembre pasado.


La muerte de Chávez y una crisis política acentuada en Venezuela sacuden ahora todo el escenario latinoamericano. Por eso, se ha formado un arco internacional, que en América Latina encabeza Brasil, para contener un estallido. La posibilidad de que CFK sustituya el liderazgo de Chávez no pasa de una fábula: el propio Chávez y aun Cuba habían conciliado posiciones con los brasileños -desde la Unasur, la negociación con las Farc y la reforma privatizante en Cuba. Los desequilibrios económicos en Venezuela la empujan hacia Brasil. Llamamos a la izquierda revolucionaria de América latina a advertir el nuevo giro histórico que está en desarrollo en Latinoamérica, para ofrecer una alternativa programática (estratégica: la unidad socialista de América Llatina) y de organización.


En marcha


En las últimas semanas, Néstor Pitrola ha recorrido diez distritos de la provincia de Buenos Aires con actos, asambleas de militantes y simpatizantes, además de extensas recorridas en los medios locales. En Capital, hemos puesto en marcha un ciclo de reuniones abiertas por barrio, con Jorge Altamira y los principales voceros del distrito. Se trata de reuniones donde invitamos a interpelar a los candidatos, a volcar inquietudes y propuestas para la campaña. Estas actividades culminan con resoluciones de trabajo, las que comprometen a la propia concurrencia. En Córdoba está en marcha un ciclo similar, tanto en la capital como en las principales ciudades del interior. Salta está en campaña desde hace varios meses, con giras por toda la provincia de Claudio Del Plá y Pablo López. Santa Cruz hizo una asamblea provincial a fines de febrero y se lanzó a la lucha. En esta primera fase de la campaña, apuntamos a reclutar activistas, reagrupar fuerzas, conquistar voluntades políticas y extender el alcance de nuestra influencia en los distritos y en los barrios. Llamamos a todo el Frente de Izquierda a desarrollar una campaña común sobre la base de los acuerdos de constitución del Frente.