Políticas

22/2/2001|697

24 de Marzo: La tribuna para los piqueteros

Aunque pueda parecer increíble, una mayoría de organismos de derechos humanos pretende que la conmemoración del 25° aniversario del golpe militar tenga características semigubernamentales. El escenario para el acto, por de pronto, lo pondría, solícito, el Gobierno de la Ciudad. Para esa fecha, el gobierno pretende dar a conocer un informe sobre la recuperación de chicos secuestrados por la dictadura, en una ceremonia compartida con las Abuelas y otros organismos. De la Rúa y Ruckauf ya han coincidido para proponer a Abuelas para el Premio Nobel. De este modo, los verdugos del presente intentan aparecer ante la opinión pública como combatientes de la libertad. Pretenden hacer olvidar incluso que las planas mayores del radicalismo y del peronismo encubrieron en su momento la acción de la Triple A, la represión militar y el propio golpe. La posición de las organizaciones que procuran integrar al gobierno a la conmemoración del 24 de Marzo se explica por la circunstancia de que colaboran cotidianamente con el Estado en el trabajo de obtener información sobre lo ocurrido bajo la dictadura, pero ésta no es razón para desconocer que la Alianza gobierna contra las masas, defiende el régimen de impunidad, tiene bajo proceso a más de dos mil luchadores e incluso presos políticos, y protege la posición de los genocidas en las Fuerzas Armadas.


Una conmemoración del aniversario del golpe que no sea una expresión de la lucha de las masas en la actualidad, es una traición al presente y al pasado. Esa lucha está personificada por los trabajadores, los estudiantes, los desocupados y los piqueteros. Es una lucha contra el “lamebotas de los yanquis”. Por eso no es aceptable que una tribuna montada por Ibarra se convierta en escenario de un espectáculo artístico, que luego sirva para la lectura de una declaración que dirá que la responsabilidad por la miseria corriente la tiene el gobierno militar hace un cuarto de siglo. Lo que corresponde es que la tribuna de la Plaza de Mayo la ocupen los piqueteros –los de Salta, los de La Matanza, los de Varela, los del Barrio Bosque o los del norte jujeño. Ellos corporizan el descontento y la protesta que envuelve a la mayoría del pueblo argentino. Su presencia y su palabra en la tribuna marcará, por sobre todo, un enorme paso en la unidad de acción de todos los explotados y de todos los que repudian el entreguismo, y por lo tanto en el encaminamiento de una salida social y política impuesta por los de abajo.