Políticas

27/10/2011|1200

280 mil votos en la provincia de Buenos Aires

La abultada elección de Scioli y de gran parte de los barones del conurbano expresa el reagrupamiento provisional bajo el ala oficial de las innúmeras camarillas del peronismo que disputaron el 14 de agosto. El derrumbe de De Narváez, relegado al tercer lugar detrás del Frente de Binner y perdiendo su senador nacional, a la par del declive del duhaldismo, explican el envión electoral de Scioli entre agosto y octubre. Scioli ha ganado varias intendencias, entre ellas la de Azul, controlada hasta ahora por el GEN de Stolbizer.

Sin embargo, las elecciones municipales dieron lugar a una serie de choques y disputas en el campo oficial. El resultado de esas pujas no fortalecieron a la fracción “cristinista”, derrotada en Mercedes por Selva (con el apoyo de Scioli). Sabbatella, que pretendió liderar una vertiente kirchnerista “crítica”, terminó haciendo una elección marginal, disciplinado a las listas de diputados del PJ tradicional y confinado a una influencia en el oeste. En Morón, perdió tres bancas del Concejo. El estéril levantamiento de sus listas en Vicente López y Malvinas sólo profundiza una crisis en sus filas, que empezó con el veto a la lista propia de diputados. Scioli y el aparato del PJ se han quedado con todo, incluso en alianza con el moyanismo, muy ligado a los negocios de una docena de intendencias.

De conjunto, se ha reforzado la fracción de caciques municipales más ligada a la patria contratista y a la especulación inmobiliaria, en particular con los dos “pollos” de Sergio Massa ganadores en San Fernando y San Martín. La victoria de Jorge Macri en Vicente López no se contrapone con esta orientación social, como tampoco la del testaferro “progre” de Techint, “Barba” Gutiérrez, que retuvo la intendencia de Quilmes contra el delfín de Aníbal Fernández.

Nuestra votación

La votación del Frente de Izquierda creció en todas las categorías de la provincia, a pesar de la mutilación de listas municipales y de sección del interior que no habían pasado el piso proscriptivo de las primarias. El resultado promedio del 4% en el conurbano es una cuña política en el corazón de la clase obrera argentina.

Para presidente aumentamos 15 mil votos respecto de agosto, mientras que a diputados nacionales crecimos en 70 mil. El corte de boleta fue mayor en el primer cordón y provino mayoritariamente del voto kirchnerista; en La Matanza, con un corte de sólo un 20%, también. Pero en localidades como Moreno se vieron cortes con Binner y aún con Rodríguez Saá, lo que da cuenta de una simpatía popular en sectores que han chocado con el gobierno por distintos motivos.

Bahía Blanca fue el punto más alto de la provincia, con un 5,5% a diputado. En esta ciudad existe un desarrollo militante y candidatos conocidos del partido, que formularon un programa de repudio a la precarización laboral que consume cotidianamente vidas obreras en el Polo Petroquímico. En La Plata saltamos a 4,8% con un promedio del 9% en el casco céntrico, con gran concentración universitaria, y más del 5% en barriadas populares como Los Hornos, cayendo hacia zonas rurales periféricas del distrito.

En el conurbano aumentamos fuertemente en el primer cordón, como Avellaneda, Morón, Ituzaingó, Tres de Febrero y Lanús. En estos distritos tuvimos votaciones altas en zonas que combinan trabajadores y capas medias como Wilde, con escuelas del 12,5%. En otras zonas obreras y populares -Sarandí, Tres de Febrero, Ituzaingó- tuvimos escuelas con el 8 y 9% de los votos. En Vicente López, el crecimiento estuvo concentrado en Munro y Carapachay, y en San Isidro, en la zona obrera industrial de Bajo Boulogne. En barrios acomodados como Acassuso, Martínez u Olivos la votación tendió a bajar respeto de agosto.

Hubo un crecimiento muy importante en grandes dormitorios obreros del segundo cordón bonaerense, como Hurlingham, Berazategui y Merlo, donde sacamos 10 mil votos clasistas en las barbas de Othacehé. En Paso del Rey, Moreno, tuvimos escuelas con el 12%. En Tigre nuestro crecimiento se concentró en el corazón industrial de Pacheco, El Talar y Torcuato.

En La Matanza, donde crecimos en ocho mil votos a diputados, mantuvimos los votos en la zona de clase media -Ramos Mejía- y aumentamos en grandes distritos obreros como Laferrere, Catán y Castillo. Allí se cayó toda la oposición, incluido el sabbatellismo que tenía un concejal, al punto que el intendente sciolista-ballestrinista metió los doce concejales en disputa.

Desarrollo político

Los plenarios obreros de la zona norte, oeste y La Matanza -incluso el del último sábado con compañeros fabriles de Tigre- movilizaron hacia la política a todo un activismo que fue discutiendo y potenciando ejes del Frente, como la derogación de la ley sindical de la burocracia, la anulación del impuesto al salario, terminar con la tercerización y otros. En General Rodríguez logramos un voto de obreros lecheros y camioneros sobre estos ejes. Lo mismo podemos decir de Loma Negra, en Olavarría, alrededor del eje de la tercerización laboral, masiva en la cementera.

En Ecotrans, de larga tradición clasista, jamás hubo un voto de la magnitud del de ahora, pero, además, se logró instalar, desde una campaña política socialista, una reivindicación obrera como las seis horas en decenas de líneas del gran Buenos Aires.

De conjunto, en las fábricas con tradición clasista -tal vez gráficos es el caso más significativo- se desbloqueó enormemente el voto, constatando la importancia de la agitación socialista para ganar posiciones hacia el clasismo.

En los barrios se agruparon centenares de simpatizantes que impulsaron la campaña por el Frente de Izquierda. En La Matanza, los compañeros del Polo Obrero conformaron comités de apoyo que sostuvieron importantes agitaciones regulares. Compañeros del Polo sostuvieron rigurosamente las agitaciones en Moreno, Berazategui y Solano. En Merlo, los compañeros de Samoré y Martín Fierro fueron el sostén de una enérgica agitación en el distrito, en particular de pegatinas. En Berisso y las barriadas de La Plata se sumaron decenas de compañeros en comités de apoyo, que agitaron sistemáticamente peinando los barrios de la zona.

El reclamo de construcción de viviendas populares, junto a la denuncia del impulso oficial a la especulación inmobiliaria, fueron ejes sistemáticos. Con ellos, logramos involucrar en la campaña a movimientos de lucha por la vivienda en José C. Paz y Almirante Brown. Estos compañeros han encontrado en el Partido Obrero y el Frente de Izquierda la única referencia política para enfrentar los desalojos de trabajadores propiciados por los intendentes.

Finalmente, la juventud ha sido un protagonista central de la campaña, dejando como resultado la conformación de núcleos de la UJS nuevos en localidades del interior de la provincia, como Azul, Pergamino, Brandsen y San Pedro. El núcleo de Azul ha sido el motor de una campaña dinámica en el distrito, que puso nerviosas a las patotas K que disputaban la intendencia y atacaron a nuestros compañeros. De la mano de este ímpetu juvenil se obtuvieron 900 votos, que los compañeros reivindican como la votación más alta de la izquierda en la ciudad desde 1983. Crecimos en el correr de la campaña entre terciarios y secundarios de La Matanza. En la Universidad de La Plata, la campaña de la UJS fue muy extendida y tuvo como puntos centrales la actividad de 400 compañeros en la Facultad de Derecho, con Altamira y Gargarella, y la de 300 con Pitrola y los rockeros del Frente de Artistas. Esta campaña delimitó a la juventud luchadora, tanto del kirchnerismo como del centroizquierdismo patronal de Binner, y conquistó muchísimos votos de la izquierda estudiantil que se reivindica independiente.