Políticas

4/7/2002|761

50.000 personas en Plaza de Mayo

En defensa de los piqueteros

En la tarde del jueves 27, al día siguiente de la represión salvaje contra los piqueteros, una gran manifestación popular copó la Plaza de Mayo. Para saldar el debate habitual sobre la cantidad de manifestantes, basta decir que nada menos que el derechista Hadad señaló que la manifestación contó con 50.000 personas.


La masividad de la manifestación debe valorarse aún más si se tiene en cuenta el ataque que recibió no sólo por parte del gobierno nacional sino también de los medios de comunicación casi sin excepción. El clima represivo montado en los ingresos a la Capital y en las estaciones de tren, donde detuvieron a decenas de compañeros; la amenaza de represión y disturbios, la denuncia falsa de que los piqueteros avanzaban con un plan organizado de saqueos, el asueto de la administración pública que buscó vaciar el centro de la ciudad, fueron todas las maniobras que se intentaron para vaciar la movilización. La derrota del gobierno, entonces, fue completa.


Como el 19 de diciembre


La política planificada por el gobierno siguió un esquema similar al adoptado por De la Rúa el 19 de diciembre. Con la represión primero, y con la campaña antipiquetera realizada después, el duhaldismo intentó en todo momento dividir a la clase media de los sectores más explotados que militan en el movimiento piquetero. Si De la Rúa trató de meter miedo con los saqueos, Duhalde hizo lo mismo pero tomando la rotura de vidrios de los negocios y de autos de la clase media como excusa.


Pero, al igual que el 19 de diciembre, la intervención masiva de los sectores medios hizo fracasar la maniobra del gobierno duhaldista. Es que si bien la movilización estuvo encabezada por los piqueteros, que fueron su dirección política, la concurrencia fue aportada principalmente por las Asambleas Populares de la Capital y por el movimiento estudiantil universitario y secundario. Ya el día anterior, cuando los canales de televisión empezaron a transmitir las imágenes de la represión, estos sectores, junto a los partidos de izquierda, se convocaron en Plaza de Mayo.


La movilización fue encabezada por el Bloque Piquetero Nacional, el Mijp, la Coordinadora Aníbal Verón y Barrios de Pie. Detrás de los piqueteros se encolumnaron decenas de Asambleas Populares con columnas masivas, como hace mucho no se veían. El movimiento estudiantil, a pesar del horario adverso, reunió detrás de la bandera de la Fuba a miles de jóvenes que marcharon junto con los estudiantes secundarios y una columna importante de la Federación Universitaria de La Plata. Luego siguieron los partidos de izquierda, entre los cuales se destacó la columna del Partido Obrero que, según Página/12 (28/6), fue la más importante. Finalmente, cerrando la marcha, una nutrida columna de la CTA Capital. No estuvieron presentes ni la FTV de D’Elía ni la CCC.


Las columnas, que se extendían por varias cuadras, al llegar a la Plaza de Mayo fueron esperadas por miles de personas que concurrieron por su cuenta, sin pertenecer a las organizaciones convocantes. Este solo hecho es demostrativo del apoyo popular a la movilización. El canto dominante fue “Esta noche somos todos piqueteros”.


Por otro Argentinazo


La movilización demostró que se están reuniendo nuevamente las condiciones para un nuevo Argentinazo. Las Asambleas Populares se han revitalizado al calor de la lucha piquetera. El movimiento estudiantil hizo una fuerte demostración contra la represión y a favor de la clase obrera. La población fue cambiando rápidamente su estado de ánimo cuando se hacía evidente que los asesinatos fueron realizados por la policía.


En las dos intensas jornadas de lucha participaron todas las clases sociales explotadas, unidas contra el régimen y bajo la dirección de la clase obrera piquetera. La represión gubernamental terminó en un rotundo fracaso, al punto que los capos de la Bonaerense debieron renunciar y los autores materiales de la masacre están encarcelados. El aparato represivo sufrió un duro golpe. Un nuevo Argentinazo va creciendo al grito de “Piqueteros, carajo”.