Políticas

25/6/2017

A 15 años, el 26 de junio volvimos al Puente Pueyrredón

26 de junio, otro aniversario de lucha de la Masacre de Avellaneda.


Hace 15 años el gobierno de Eduardo Duhalde organizaba una represión criminal contra las  organizaciones del movimiento piquetero que se movilizaron al Puente Pueyrredón en el marco de un plan de lucha para enfrentar el hambre y la miseria que asolaban a los trabajadores en 2002. En aquella represión fueron asesinados Maximiliano Kosteki y Darío Santillán y heridos de bala decenas de compañeros.


 


Durante todos estos años, de los cuales 12 transcurrieron con el kirchnerismo en el gobierno, reinó la impunidad y el encubrimiento hacia los responsables políticos de la masacre: Felipe Solá, Aníbal Fernández, Juan José Álvarez, son algunos de los nombres de quienes formaron parte del plan represivo y al día de hoy no sólo no fueron juzgados sino que ocupan cargos en el Estado y van como candidatos en distintas listas en las próximas elecciones. La jornada del 26, por lo tanto, tiene el objetivo de seguir reclamando juicio y castigo a los culpables, y el de llevar adelante una reivindicación de Darío y Maxi como la juventud del Argentinazo que se organizó junto al movimiento obrero para encontrar una salida propia a la crisis capitalista.


 


Este nuevo aniversario es el segundo que transcurre con Macri en la presidencia. Las políticas ajustadoras del gobierno sumaron 1 millón y medio de pobres a los 11 millones que había dejado el kirchnerismo; todos los días crecen la desocupación y la pobreza. En este cuadro, ha resurgido el movimiento piquetero para desafiar a las políticas hambreadoras del macrismo, a través de piquetes, acampes y movilizaciones que ganaron el centro de la escena y acorralaron a los ajustadores. El gobierno se dio la política de cooptar a las “organizaciones sociales” y fue así que se formó el 'triunvirato piquetero', compuesto por la CCC, Barrios de Pie y la CTEP (Movimiento Evita). El triunvirato ha cumplido la función de distribuir la asistencia social en los barrios (planes sociales y más precarización laboral) para paliar la pobreza y contener la irrupción de un movimiento de lucha. La ley de emergencia social, redactada por el triunvirato y aprobada en el congreso por el macrismo y el kirchnerismo, establece este esquema de contención al mismo tiempo que pone en pie los 'consejos consultivos' con los cuales integra a las organizaciones sociales a la órbita estatal para 'canalizar los reclamos'. El colmo de este triunvirato fue la firma de la paz social con el gobierno en diciembre del año pasado.


 


Desde el Polo Obrero y el Partido Obrero propusimos en las reuniones preparativas del 26 de junio, en la que participamos varias organizaciones, que el documento del acto debía contener una delimitación de la emergencia social y una denuncia a las organizaciones que fueron cooptadas por el gobierno. Los 'consejos consultivos' de la ley son análogos a los que había orquestado el duhaldismo meses antes de la represión en el puente. En el colmo del cinismo, Barrios de Pie estaba dispuesto, hasta la víspera, a compartir lista con Felipe Solá –se retiraron del frente bonaerense de Massa disconformes con el lugar asignado, pero se mantienen aliados en la Ciudad. Los luchadores debemos rechazar este operativo y el movimiento piquetero debe enfrentar al gobierno desde la independencia política y en unidad con los trabajadores. El 'triunvirato' por el contrario, colabora con el gobierno de la mano de la burocracia sindical de la CGT. Nuestro planteo no fue incorporado al documento, el cual rechaza la cooptación y al ajuste en términos generales y sin dar nombres, producto de que algunas organizaciones, como la Santillán y el FOL, depositan confianzas en la ley de emergencia (la cual se limitan a señalar como 'insuficiente') y en el triunvirato (incluso el FPDS será incorporada como invitada al consejo).


 


Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, ¡presentes! Reivindicamos el carácter revolucionario del movimiento piquetero, que volteó a dos gobiernos y desafió a las políticas fondomonetaristas. Está abierta la lucha política por colocarlo en el campo del clasismo para derrotar el ajuste en curso y luchar por un gobierno de trabajadores.


 


 


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