Políticas

31/8/2006|961

A fondo con la entrega del petróleo

Kirchner se saca la careta

El presidente de Chevron Latin America, una de las cuatro compañías de energía más importantes del mundo, declaró en la reunión del Consejo de las Américas (lobby de las empresas yanquis) “que el Gobierno argentino debe desregular progresivamente los precios del gas y ofrecer ventajas impositivas para que se desarrollen nuevas inversiones” (Clarín, 11/8).


Las petroleras, en más de una década, han decretado una ‘huelga’ de inversiones, dedicándose a esquilmar las reservas descubiertas por YPF.


El gobierno está adoptando, efectivamente, medidas para satisfacer los reclamos imperialistas.


Por un lado, ha dado vía libre a la entrega de nuevas concesiones, aplicando el artículo 124 de la reforma constitucional menemista, que deja las concesiones en manos de los gobiernos provinciales. Romero, Cobos en Mendoza y Das Neves en Chubut, se aprestan a firmar nuevas entregas a las mismas compañías que vienen saqueando las reservas de hidrocarburos del país.


Una muestra clara de 'concertación plural' de Kirchner con el PJ y la UCR.


Es lo que se llama la “ley corta”, que ha sido reclamada por los monopolios.


Pero, simultáneamente, ha comenzado a discutirse en la Cámara de Diputados una nueva versión de un proyecto de ley enviado por Kirchner, que premia con subsidios impositivos a los monopolios que exploren el subsuelo continental o marítimo en busca de nuevas reservas.


El chantaje de la Chevron ha dado resultado. Hasta se sospecha que ahora los pulpos pueden ‘blanquear’, reservas ya descubiertas, que habrían ocultado a la espera de los anuncios K. Las 'promociones' a las inversiones en minería se han extendido a las petroleras.


Los defensores del gobierno hacen la reserva de que “para acceder a los beneficios otorgados por este régimen, Enarsa (empresa fantasma creada por Kirchner) deberá formar parte, en asociación, del Permiso de Exploración y de la posterior Concesión de Explotación” (artículo 2 del proyecto). No se habla de porcentajes. La ‘burguesía nacional’ alienta una asociación con el capital extranjero. Pero, está previsto que en caso de “una renuncia explícita” de Enarsa, “los interesados podrán continuar el trámite de la adjudicación sin el requisito de la asociación” (ídem).


Detrás de los subsidios se vienen los tarifazos, como pidió el presidente de Chevron. La Nación (25/8) denuncia “la incoherencia del congelamiento tarifario, que ha frenado inversiones fundamentales en el sector” y reclama como “imprescindible una modificación de la política de precios”.


El gobierno autoproclamado de la burguesía nacional muestra el carácter proimperialista de su nacionalismo.