Políticas

20/7/2017

¿A qué viene Gabriel Sánchez Zinny, el nuevo ministro de educación bonaerense?

Descentralización, degradación de los contenidos, ataque a los docentes y explotación de los alumnos, al servicio de las empresas.

El nuevo ministro de Educación de la Provincia de Buenos Aires ha sido presentado por el diario La Nación como “economista y emprendedor educativo”. En efecto, se trata de un empresario de la educación con largo currículum, que lo tiene como fundador de la fundación “Kuepa”, formadora de mano de obra barata para las empresas, y de Edumente Sociedad Anónima (en sociedad con Rodríguez Larreta), y ex lobbista en Washington para la empresa multinacional de educación Pearson –poseedora de las cuestionadas pruebas PISA.


 


En su condición de agente del lucro capitalista en educación, Sánchez Zinny ofició hasta ahora como director ejecutivo del Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET) que, en junio del año pasado, publicó un extensísimo informe acerca de la demanda patronal de capacidades laborales que debía cubrir la educación pública argentina en el próximo quinquenio.


 


En dicho informe, el propio Sánchez Zinny saluda las tentativas capitalistas de destruir cualquier tipo de educación integral, llegando a afirmar que en el ámbito “emprendedor” del empresariado que actúa en la Argentina “hay discusiones acerca de si la educación obligatoria debería tener como único objetivo la preparación para el mundo del trabajo” (!)


 


En esta línea se promueve la formación de alumnos “en forma de T”, un término acuñado en Silicon Valley para describir el estudiante/trabajador soñado por las empresas, que cuente con dos variables (representados en las dos líneas de la T): “la especialización (lo que llaman las capacidades técnicas o duras) y las habilidades blandas, como la comunicación efectiva, la resolución de conflictos, la empatía (con los objetivos de la empresa) la perseverancia, el liderazgo, etc”


 


En el citado informe se establece, además, “que las mayores dificultades en términos de Educación Técnica se hallan en el nivel secundario”, y que las supuestas “limitaciones del personal calificado impactan directamente sobre la competitividad de las empresas, principalmente al afectar los niveles de productividad laboral y funcionar con sobrecostos”.


 


Máxima des-centralización educativa y reforma laboral contra los docentes


 


Como señalamos en un artículo de Prensa Obrera, la política del macrismo es la de adaptar en forma extrema la escuela a la empresa, para formar mano de obra abundante, barata y rotativa para las empresas.


 


En esta línea se coloca el planteo de la “autonomía” de escuelas, docentes y directivos. La tesitura de que “hay que darles a los docentes la mayor libertad posible, primero porque son profesionales capaces y segundo, porque hay muchas diferencias entre las comunidades” (Sánchez Zinny en entrevista de La Nación, 20/7), supone en verdad la adaptación de la currícula a las necesidades de los empresarios de cada región, así como una mayor descentralización que agravará el desfinanciamiento educativo.


 


El macrismo lleva a fondo los planteos de la Ley de Educación Nacional kirchnerista, que según palabras de Adriana Puiggrós (ministra de educación bonaerense en 2007) pujaba por una escuela que “potencie los saberes socialmente productivos que los adolescentes poseen para que su inserción laboral sea lo más fluida posible” (verbigracia: la adaptación de la educación al mercado) y tuviese “libertad de gestión educativa, inclusive atribuyéndoles recursos financieros” (de la Academia Nacional de la Educación, publicado en Novedades Educativas Nº 216/217) –abriéndola a la penetración de los capitales.


 


Para esta escuela “autónoma”, “flexible” y que “responda a los intereses de su comunidad”, el director debe ser un gerente (como se definió a sí mismo el titular de Educación Nacional, Esteban Bullrich) y el docente un trabajador flexibilizado. De ahí que Sánchez Zinny, consultado por La Nación sobre su disposición a derogar el Estatuto Docente, haya declarado que “mi gestión está en rever todos los temas que pueden mejorar la calidad educativa y el aprendizaje de los chicos. Es un derecho humano estudiar y tenemos que dialogar sobre todos los temas que hagan a la mejora” (ídem).


 


Así las cosas, Sánchez Zinny aparece como el lugarteniente de Jorge Triaca y su infame reforma laboral secundaria en la principal jurisdicción educativa del país.


 


Como frutilla del postre, el nuevo ministro dice que para encarar estos objetivos reaccionarios se va a apoyar en los resultados manipulados del “Aprender 2016”.


 


Los docentes y los estudiantes le respondemos a Sánchez Zinny que la comunidad educativa se apoyará en la experiencia de la enorme lucha que libró contra aquel “operativo”, con todo tipo de medidas, para quebrar definitivamente este nuevo intento de degradar la educación pública y los derechos laborales de la docencia.