Políticas

16/5/1996|494

A quién representa y qué intereses defiende la ‘Izquierda Popular’

Duró pocos minutos la reunión entre la delegación de la ‘Izquierda Popular’ y el Partido Obrero, que comprobó la imposibilidad de llegar a un acuerdo político. La ‘Izquierda Popular’ planteó que su frente era inamovible en cuanto a candidaturas y programa y que se trataba solamente de tomarlo o dejarlo. En honor a la verdad , la ‘Izquierda Popular’ aún no tiene un programa, pues tuvo que improvisar un remedo de declaración para poder inscribirse en la justicia electoral; en lo que se refiere a las candidaturas, sus principales figuras (David Viñas y Alejandro Olmos) habían resuelto desistir de la nominación, aunque nunca habían sido consultadas con antelación. De modo que la actitud chantajista con la que la delegación de ‘Izquierda Popular’ se presentó ante el Partido Obrero era una monumental estafa política, ya que se negaban a debatir un programa que no tenían y a discutir candidaturas que acababan de improvisar.


Detrás de este antagonismo se esconden divergencias políticas de fondo. Durante el mes de abril, el Partido Obrero participó de varias reuniones destinadas a conformar un frente de izquierda, pero se topó con el obstáculo de que el resto de los asistentes (PC, Mpl, Mst y Ptp) ponían como condición ineludible de que el eventual frente estuviera encabezado por el escritor liberal David Viñas y el ex nacionalista de derecha Alejandro Olmos, o ineludiblemente por figurones extra-partidarios. La negativa terminante a que el Frente de Izquierda fuera encabezado por militantes organizados de la izquierda, determinó nuestra ruptura de las negociaciones. Para el Partido Obrero, un frente electoral encabezado por personas aisladas, con alguna recepción en la ‘opinión pública’ burguesa y pequeño burguesa, significa una subordinación política al capitalismo y al democratismo de contenido patronal, así como una abierta proclama en favor del arribismo y en contra de la militancia y lucha organizadas.


Los individuos que tienen alguna trayectoria de lucha y quieren incorporarse a una acción organizada, deben ser invitados en calidad de soldados y militantes, no para pavonearse en los medios de comunicación y mucho menos para darle la fisonomía al frente ante la masa del pueblo. El recurso a las ‘personalidades’ es un viejo truco del que se valía el stalinismo para promover sus puentes hacia la burguesía. Ahora ha vuelto a  encontrar un ‘caluroso’ apoyo en el Mst. La ‘Izquierda Popular’ inscribió, el pasado 30 de abril, ante la justicia electoral, una lista encabezada de la siguiente manera (textual): “Jefe de Gobierno a Alejandro Olmos”. Pero tanto éste como David Viñas renunciaron al honor de la nominación por la presión de sus ‘entornos’ respectivos, que son frepasistas. Por eso no es una injuria decir que la ‘Izquierda Popular’ no quiso discutir programa y candidaturas con el PO, para poder preservar su carácter frepasista vergonzante. Eso es la IP, no un frente de izquierda.


Pero no hay razones para sorprenderse por este resultado, que sólo ha servido (lo cual no está mal) para que queden claras las respectivas posiciones políticas. No hay que sorprenderse, porque la demora en la formación de esta izquierda ‘popular’ se debió a que el Ptp estuvo negociando durante un mes el apoyo a La Porta a cambio de la posibilidad de llevar una lista propia para estatuyentes. Durante el tiempo que duró esta negociación, los posteriores aliados del Ptp no se limitaron a papar moscas; el Mst reclamaba desde su periódico un frente de izquierda contra De la Rúa y Domínguez, es decir que colocaba al Frepaso como un aliado electoral; el PC evitaba tomar cualquier posición, dejando creer a todo el mundo que votaría en blanco, que es lo que había hecho en las elecciones para senador, apoyando de hecho a Fernández Meijide. Si se tiene presente el papel que jugaron el PC y el Ptp en la gestación del frente del sur y del frente grande, la calificación de vergonzante a su posición frepasista es casi un elogio. Por eso, la delegación tripartita de la IP no quiso discutir (el Ptp no asistió, quizás porque la vergüenza le impide dar la cara).


De cualquier manera, la ‘Izquierda Popular’ presenta una cierta novedad. Consiste en que ‘comunistas’, ‘trotskistas’ y ‘mao-clasistas’ han dejado esa condición para transformarse en ‘populares’. No es que un partido clasista o socialista no pueda en ciertas circunstancias celebrar acuerdos con los populistas o partidarios de la unión nacional entre las clases. Pero no puede transformarse él mismo en un abanderado de la ideología, el lenguaje y las banderas de los colaboracionistas de clase, que es lo que ha hecho la IP. La ‘Izquierda Popular’ representa a partidos que no tienen identidad, o sea que no saben lo que quieren.


Otra manifestación del populismo de la ‘Izquierda Popular’ es su incapacidad para denunciar el carácter de clase de la oposición que ejercen la UCR y el Frepaso, a los cuales se refiere como “los llamados partidos de oposición” y no como una oposición capitalista, antiobrera y proimperialista. Pero la IP tampoco dice cuál es el carácter de la oposición que ella misma representa, pues se refiere a sí misma como la “verdadera oposición” y no como una oposición clasista. Para no dejar sombra de dudas sobre el tema, los ‘populares’ se presentan como los verdaderos opositores “al ajuste, la entrega y la corrupción”, pero no como opositores a la explotación capitalista.


Es razonable (pero injustificable) que los partidos de la IP pretendan evitar cualquier discusión política que pueda desenmascarar su propia duplicidad. La voluntad de actuar como segundones de alguna de las clases explotadoras se manifiesta en que la declaración que inscribieron en la justicia electoral no plantea una perspectiva de poder. La IP es una alianza entre autotitulados revolucionarios que no plantea, siquiera como perspectiva, destruir el poder existente y establecer uno nuevo de los explotados.


El verdedero carácter de la ‘Izquierda Popular’, sin embargo, se encuentra abiertamente declarado, no por las pavadas que están plagando el derrumbe completo del Mst (que enfrenta una nueva crisis interna, ahora con Luis Zamora), sino por las posiciones contundentes formuladas en público por el Ptp. Antonio Sofía, el número 2 del partido ex isabeliano y ex menemista, dijo lo siguiente en una Mesa Redonda que tuvo lugar el pasado 1º de Mayo, y que reproduce el periódico del Ptp, Hoy (8/5): “Tenemos el derecho y el deber de presentar una verdadera oposición. Hoy es electoral. Hemos llegado hasta aquí con la Unidad de la Izquierda Popular. Para derrotar a los enemigos del país y del pueblo habrá que hacer algo mucho más amplio; acá tienen que participar todos aquellos del pueblo que tienen contradicciones con la política de Menem y Cavallo…”.


Sofía no deja nada para el desperdicio. La ‘verdadera’ oposición ya no es tal; es sólo electoral; la verdadera llegará cuando la ‘izquierda popular’ se una a los demás adversarios de Cavallo y Menem, es decir a los  Yabrán, a los Macri, a los Techint, a la UIA, a una parte del clero —claro que habrá que esperar a que estos adversarios se decidan a sacar los pies del plato. Lo central está aquí: en una crisis política general, como ya efectivamente se está formando, habrá que hacer bloque con la burguesía pro-imperialista, es decir, un bloque anti-obrero para ahogar la iniciativa independiente de la clase obrera y a la propia clase obrera. Estamos ante la formulación completa de la colaboración de clases en todo su contenido contrarrevolucionario. ¿Y la ‘Izquierda Popular’? Llegó hasta aquí, dice en lenguaje provocador Sofía, no tiene perspectiva, ya tiene escrita el acta de defunción.


Por esto no quisieron discutir con el PO algo que es de pleno derecho, o sea el programa y las candidaturas del frente a integrar. Por esto el Ptp no vino y los demás actuaron como mandaderos.