Políticas

18/7/2017

A un año de la municipalización, ¿qué pasa en el Ex Zoo?

Los cuidadores abren un rumbo, ante la estafa del gobierno de la Ciudad, montada en la precarización laboral


A un año de la municipalización del ex zoo,  el gobierno no ha podido ocultar el completo impasse de su política para dar salida a las necesidades y reclamos que fueron planteadas en 2016 por el movimiento de lucha de trabajadores del zoo, activistas, organizaciones políticas,  que terminó por poner fin a la concesión de Daniel Seery en 2016. 


 


La "reconversión" ha significado una profundización de la precariedad en términos de bienestar animal y laboral. Tal situación es la que explica la baja concurrencia de trabajadores del zoo a la conferencia de prensa de Horacio Rodríguez Larreta y Andy Freire (ministro de Modernización porteño), el 23 de mayo,  donde se presentó el “master plan".  


 


¿En qué consiste este proyecto? 


 


Hasta el momento, no es más que la reprivatización a partir de la asignación de 12 hectáreas, de las 18 totales del predio, para la construcción de un parque público en el cual podrán emplazarse emprendimientos privados y concesiones. Las 6 ha restantes serán destinadas al “ecoparque” propiamente dicho y reduciendo su rango de acción para fauna autóctona. O sea, un recorte del terreno, un recorte de su función y una desfiguración respecto de los reclamos sobre la función social del predio emanados del activismo: un polo de desarrollo, educación, rescate y resguardo del bienestar animal que estaban en el corazón de los reclamos contra Seery.


 


Si bien el Ejecutivo se jacta de lo exitosos que fueron los traslados y de un incremento del 25% del bienestar animal, hay que aclarar que la mortandad animal no ha sido reducida (ni de las especies que se fueron ni de las que quedaron), siendo este porcentaje un fantasma construido, conformado y sostenido por un incremento de la productividad y sobrecarga de tareas de los trabajadores. Sumado a la falta de inversión, dan un cuadro de vaciamiento al cual este proyecto busca rematar con una salida privatizadora.


 


En estas condiciones y sin respuestas a las necesidades de los trabajadores y los animales por parte del estado de Gobierno de la Ciudad, los trabajadores cuidadores se han organizado.


 


La gota que rebalsó el vaso fue la recarga de tareas en la planta. Puntualmente, en un trabajo de obra donde se pidió la colaboración de cuidadores, personal de mantenimiento, enriquecimiento y parquización, y que terminó con una tendinitis en un compañero contratado. Se realizó una asamblea del sector, donde se resolvió el quite de colaboración a cualquier trabajo de obras públicas y se reclamó incrementar el personal mediante una carta al ministerio.


 


En esto ha sido clave la participación, como miembros plenos en esa asamblea de sector, de los compañeros contratados. En este sentido, una asamblea del conjunto de los trabajadores del zoo significaría un paso siguiente para profundizar la lucha contra las pésimas condiciones laborales y de bienestar animal dándole desde el vamos un mayor ratificación a las medidas votadas por el sector cuidadores.


 


El fracaso total de la política macrista en el ex zoo no puede ser ocultado con maquillajes electoraleros y sale a la superficie por el agravamiento de los problemas que este fracaso significa. Es una muestra cabal de que el rescate a los capitalistas no es la salida para los problemas concretos de los trabajadores ni de los animales. 


 


Una solución de fondo requiere de profundizar un rumbo de independencia frente a los vaciadores y de unidad de los trabajadores frente a la crisis.